Un total de 220 personas ha reconocido haber sufrido violaciones sexuales cuando viajaban a bordo de un crucero, en las aguas y costas de Estados Unidos, desde el año 2016. Así se desprende del último estudio del Departamento de Transporte del país, tratándose del delito más cometido en este tipo de barcos.

Tal y como ha informado El Confidencial, las víctimas de estos delitos carecen de la asistencia jurídica que tendrían en tierra. Además, la mayoría de casos no trasciende, debido a que las compañías proponen un acuerdo económico a los afectados, para “comprar sus silencios”.

Con todo, los delitos en estas embarcaciones eran más frecuentes hace una década, debido a que las compañías de cruceros no estaban obligadas a desvelar los crímenes acometidos a bordo. No obstante, en el año 2010, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Seguridad y Protección de Cruceros, para que estas infracciones fueran reveladas.

En esta línea, el investigador especializado en la industria de cruceros, Ross Klein, aseguró que “depende de cada compañía que (el crimen) sea calificado como 'violación sexual', la única categoría de delito que requiere divulgación pública”. Por otro lado, el diario The Miami New Times publicó una investigación, en el año 2000, en la que denunciaba que Carnival Cruise había pagado a las víctimas de violación para que no denunciaran los casos.

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Abusos a la tripulación

El 20% de los 220 casos de violación recogidos por el Departamento de Transporte de Estados Unidos corresponde a miembros de la tripulación, crímenes que han sido perpetrados tanto por otros tripulantes como por cruceristas. En este sentido, el diario citado indica que a estos trabajadores se les aconseja denunciar el delito ante el personal de seguridad y el médico a bordo, dos entidades que procurarán no perjudicar a la empresa. Además, pueden pasar días hasta que se cumpla la ley y los agentes investiguen lo sucedido, momento en el que las pruebas pueden haberse deteriorado.

A este respecto, el abogado con sede en Miami, Philip Gerson, reflexionó: “Un crucero es como una ciudad flotante de 10.000 personas en la que no hay policía. Está el personal de seguridad de la línea de cruceros, pero su interés es proteger a la compañía, no a ti”.

Hace tan solo unos días, trascendió el caso de una adolescente británica de 17 años, que asegura haber sido violada por un pasajero de nacionalidad italiana a bordo de un crucero de lujo de bandera panameña. La agresión se produjo cuando el barco navegaba entre las aguas de Palma (Mallorca) y Valencia.

Según ha informado Cope, la menor prestó declaración en la comisaría, una vez el barco arribó en Valencia. El joven también fue detenido, pero la justicia española no ha podido trabajar en el caso, debido a que el barco es a todos los efectos territorio de la República de Panamá. Además, ni la víctima ni el supuesto delincuente cuentan con la nacionalidad española.