La Generación Z ha abandonado las pistas de baile en favor de la comodidad de sus hogares, donde prefieren pasar su tiempo con videojuegos, juegos de mesa o plataformas como TikTok y Netflix. Este cambio de hábitos ha provocado un cierre masivo de discotecas en ciudades como París (Francia).

Según recoge Le Parisien, la escena del ocio nocturno en el país galo se enfrenta a un declive sin precedentes. Según el sindicato UMIH, de los 6.000 clubes que existían en los años 80, hoy apenas sobreviven 1.400.

La pandemia del Covid-19 marcó un antes y un después, ya que miles de jóvenes se acostumbraron a divertirse en casa, descubriendo que podían socializar sin tener que pagar entradas ni bebidas a precios elevados. Thierry Fontaine, presidente de la sección de clubes nocturnos del UMIH, lamenta que "la fiesta ya no se vive igual" y que el clubbing se ha convertido en un "recuerdo de otra época". 

Inseguridad y toques de queda


El fenómeno, que el sociólogo Jérémie Peltier interpreta como un "desplazamiento del ocio nocturno hacia lo privado", se agrava con la percepción de inseguridad en las calles. En ciudades del sur de Francia, el aumento de la violencia y el narcotráfico ha llevado a las autoridades a implementar toques de queda para adolescentes en los barrios más conflictivos, como en Nimes.