China está recuperando la normalidad poco a poco, tras haber logrado controlar al Covid-19. Buena cuenta de ello es la reapertura de parte de la Gran Muralla China, uno de sus atractivos turísticos más significativos. Sin embargo, ha decidido prohibir la entrada al país a la mayoría de extranjeros.

Según ha informado El País, el gigante asiático solo permitirá el acceso a los diplomáticos, a aquellas personas en misión oficial o a los que dispongan de un visado tipo 'C', que correponde a los trabajadores de transporte o a quienes llegan en tránsito. El resto, pese a que tengan visado o permiso de residencia, tiene la entrada prohibida. 

Así, aquellos que necesiten trasladarse al país por "actividades económicas, comerciales, científicas o tecnológicas necesarias, o por razones humanitarias de emergencia", deberán solicitar los visados en las embajadas y consulados chinos. 

Lo cierto es que China logró controlar los contagios locales en la provincia de Hubei, donde se originó el brote, sin embargo ha contabilizado un incremento de los casos importados, por lo que ha decidido endurecer las limitación a los visitantes que proceden del extranjero. 

Cabe destacar que, coincidiendo con el anuncio de esta medida, China aprobó más resticciones en los vuelos internacionales operados por compañías extranjeras. En concreto, estas aerolíneas solo podrán operar un vuelo a la semana por país y con destino China. Además, más del 75% de las plazas del avión no pueden estar ocupadas. 

Precisamente, cuando se originó el brote en la ciudad de Wuhan, China recriminó a Estados Unidos el cierre de sus fronteras para protegerse del mismo, así como la decisión de muchas aerolíneas de reducir su capacidad hacia el gigante asiático o de cancelar directamente los vuelos. El país registra más de 3.200 muertes por coronavirus, así como cerca de 82.000 contagios.