Para un turista ruso viajar a España es muy difícil y el principal motivo para ello es la dificultad que supone la obtención de un visado para entrar en el país.

Así lo ha denunciado la Organización de la Industria del Turismo de Rusia (RTIU) que a través de una carta firmada por su presidente, Sergey Shpilko ha mostrado al ministerio de Exteriores español su preocupación “por la situación de las tramitaciones de visados de entrada para turistas rusos”, según ha desvelado el diario El Condifencial.

Según parece los problemas se han desatado después de que el gobierno español haya adjudicado la tramitación de dichos visados a la compañía india BLS International. Desde la RTIU, agrupación que aglutina a más de 1.000 touroperadores rusos, destacan que se ha reducido en gran medida el número de ciudades en las que poder realizar la tramitación elevándose el número de cancelaciones.

Esta situación es aún más preocupante si se tiene en cuenta que la temporada alta en la que se concentra la mayor oleada de turistas procedentes del país euroasiático está próxima.  Actualmente, señala Shpilko, sólo se pueden solicitar en Moscú, San Petersburgo y, desde el 1 de febrero, en cuatro localidades más (Ekaterimburgo, Novosibirsk, Kazan y Rostov), lo que consideran insuficiente para “un país tan grande como Rusia”.

Los turistas rusos no pueden realizar este procedimiento a distancia o de forma telemática, puesto que la pertenencia de España al espacio Schengen obliga al registro de los datos biométricos de los visitantes. No sólo critican el número insuficiente de centrales de visado sino que también destacan quejas como la formación de colas, la dificultad para contactar con el centro de atención telefónica y los errores relativos a la expedición de documentos o al registro de datos personales.

Shpilko señala que “los operadores turísticos rusos se ven obligados a suspender los viajes organizados desde ciudades como Samara porque ya no es posible sacar los visados. Según los datos de agencias de viaje, muchos turistas rusos están renunciando a visitar España en favor de otros países y balnearios en los que resulta más accesible pedir el visado”. Estos codiciados turistas terminan escogiendo otros destinos como Francia o Italia que ofrecen más facilidades. 

Este tipo de servicios pueden suponer un gran golpe al flujo de turistas procedentes de Rusia que visitan España y estropear los buenos datos registrados en 2016, año en el que se ha alcanzado el millón de visitantes tras tres años de caídas.