El municipio ibicenco ultima la entrada en vigor de una nueva normativa municipal que obligará a cerrar todas las terrazas de bares y restaurantes a las 23 horas con excepciones. Durante los fines de semana, la apertura se podrá prolongar una hora más.Aunque, este horario es susceptible de ampliación “excepcionalmente en zonas turísticas” o de restricción para “evitar molestias a los vecinos o en áreas de especial incidencia en el medioambiente”.En caso de incumplir los horarios establecidos por el consistorio, se establecen sanciones prevé entre 200 y 750 euros por las faltas leves, hasta 1.500 por las graves, 3.000 por las muy graves; e incluso se podría revocar la licencia de funcionamiento del local. Por el momento se ha adelantado que en la zona del West End, en el núcleo urbano, se aplicará la limitación horaria ya que es el área que presenta una mayor contaminación acústica.