La oposición a la masificación turística ha llegado hasta la ciencia. Espeleólogos y espeleobuceadores de Mallorca advierten sobre los posibles peligros que podría llevar consigo la continua entrada y salida de visitantes de la Cova de ses Llàgrimes, una cavidad de acceso marino con un alto valor científico y natural, ubicada entre las Bahías de Alcúdia y Pollença.

Descubierta por casualidad en 1999 por el buceador Pep Florit, numerosas empresas turísticas ofrecen excursiones a la “cueva secreta”, tal y como la denominan, por un precio que va desde los 60 hasta los 150 euros por persona. Según Última Hora, la Direcció General de Medi Natural del Govern ha confirmado que no existe ningún tipo de restricción de entrada a una cueva si esta no está protegida.

En este sentido, Xisco Gràcia, espeleólogo experto en cuevas subterráneas y submarinas de Mallorca, ha explicado que en la Cova de ses Llàgrimes existen dos riesgos principales: “uno para la conservación de las formaciones geológicas, que se pueden romper si las personas que entran allí no son respetuosas, y la otra, vigilar el estado del mar, porque puede poner en riesgo a los que estén en la primera sala”. “La regulación del acceso a las cuevas no protegidas es un debate pendiente”, ha sentenciado el científico.