Las playas de Mallorca, después de las de Malta, son las que más basura acumulan como consecuencia del turismo de masas. Tal es así, que en los arenales mallorquines se pueden detectar hasta 400.000 residuos diarios, según señala un informe del Instituto de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Barcelona, sobre la influencia del turismo de masas en la limpieza de ocho islas del Mediterráneo.  

En este sentido, según ha informado Sueddeutsche Zeitung, el turismo de masas se erige como la maldición y bendición de la isla balear, ya que supone una potente fuente de ingresos, así como una amenaza para el medioambiente. Sin embargo, para el empresario y ecologista Philipp Baier, que dirige una agencia de eventos en la isla, este problema medioambiental es también una oportunidad para impulsar un turismo más sostenible.

El empresario asegura que el problema de la basura emana de la cantidad de turistas que visitan la isla. En este sentido, Baier considera que el turista tiene más poder del que cree para reducir estas cifras de basura. En la playa, por ejemplo, pueden hacerse cargo de sus propios residuos, así como de los que han generado sus vecinos, para posteriormente eliminarlos de la forma correcta.

A su vez, considera que el cambio no deben impulsarlo las autoridades a través de normativas o leyes, sino que debe nacer de los propios ciudadanos y turistas, por ejemplo cambiando las botellas de plástico por otras reutilizables. De hecho, el empresario ha puesto en marcha un proyecto para prescindir de las botellas de plástico.