Poseer un Bien de Interés Cultural (BIC) puede quitarle horas de sueño a su propietario. Tal es así que los dueños de los terrenos donde se encuentra la torre del Puig des Savinar, una de las estampas más conocidas de Ibiza, denuncian que algunos invaden esta propiedad privada para celebrar eventos, sin permiso.

Los titulares de estas tierras, quienes prefieren mantenerse en el anonimato, manifiestan, además, que dan esa batalla por perdida y aseguran que estos hechos “se extienden por toda la isla, especialmente en los espacios protegidos, porque son más atractivos y pueden vender sus productos con la etiqueta de ecológicos”.

Ejemplo de esto es una empresa británica de “excursiones secretas” que colgó en su galería de imágenes una foto de cuatro hombre subidos a la torre con “los pantalones bajados y el trasero a contra luz”. Uno de ellos era el responsable de la compañía quien, al igual que otros visitantes del lugar, allanó una torre privada.

Esta misma compañía ofrece servicio de cenas al atardecer al aire libre, tanto en terrenos privados de Cala d’Hort, como en otras zonas privilegiadas. Abundan también las personas que eligen estos lugares para celebrar actos que van desde bodas hasta encuentros de meditación.

Los propietarios de zonas de interés turístico con BIC incluido no solo sufren desperfectos en los bienes materiales, sino que también “tienen que aguantar todo tipo de molestias”.  

“Nadie nos apoya y si quieres ayuda para la vigilancia o la limpieza, las administraciones se desentienden e, incluso, te amenazan con multarte si no mantienes la propiedad en buenas condiciones”, subrayan los titulares de los terrenos donde se alza la torre ibicenca.