Los hoteleros de Barcelona han denunciado el bajo rendimiento del sector en los últimos meses. Tal es así, que entre enero y junio de 2018 la ocupación media cayó tres puntos (78,8%) respecto a la misma temporada del año pasado, así como la facturación sufrió un descenso del 7,2%. Para este verano, sin embargo, se espera una ocupación media del 80%, cinco puntos por debajo que en 2017.

Así lo ha comunicado el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos, quien también ha justificado esta mala racha con la situación política convulsa que ha sufrido Cataluña, así como por la falta de normativas que combatan la irregularidad en el sector, que incluye el alquiler de viviendas vacacionales.

Según ha informado El País, estos datos se corresponden con los 400 hoteles y 50 complejos de apartamentos turísticos que forman parte de la entidad. A su vez, Clos hizo hincapié en que el descenso en la facturación ha afectado principalmente a los hoteles de lujo, que han percibido un 10% menos de ingresos que en el mismo período de 2017. "Lo preocupante es que es un síntoma de que está bajando el turismo que nos interesa, el turismo de calidad", indicó el presidente.

En este sentido, Clos también lamentó el traslado de la sede de casi 4.000 empresas durante la crisis política vivida en Cataluña por la declaración de independencia. Ya que considera que el turismo MICE o de congresos genera grandes beneficios. También, criticó el descenso de seis a 4,5 millones de euros del dinero destinado para atraer este tipo de eventos a la ciudad.

En cuanto al turismo de ocio, el presidente relacionó el descenso del turismo de calidad con la “falta de orden” en el alquiler ilegal, ya que a su juicio la justicia podría ser más severa y rápida para regularlo. Todo ello, pese a que el Ayuntamiento presidido por Ada Colau ha ordenado el cierre de 4.148 pisos turísticos sin licencia desde 2016. Clos, también ha hecho referencia a la mala imagen del top manta o de los botellones que se realizan en la ciudad.