Las despedidas de soltero comienzan a estar en el punto de mira en la ciudad de Granada. De hecho, la policía local de la ciudad ha creado un servicio exclusivo para mitigar los efectos que estas fiestas están ocasionando, tanto a nivel de decoro público como de seguridad para los ciudadanos.

Por un lado desde las autoridades locales se quejan de “limusinas sin la documentación en orden”, por lo que “han creado una patrulla específica para este fin”. Por otro lado, Antonio García, secretario general de la Federación de Hostelería de Granada, afirma que muchas “no generan ningún problema”, pero que hay otras que “se saltan todas las ordenanzas municipales”. 

También desde la asociación de vecinos del Bajo Albaicín, el barrio más céntrico de la ciudad, se muestran reticentes con las despedidas de soltero. Según Lola Boloix, presidenta de la asociación vecinal, no solo se trata de “la mala imagen para la ciudad” sino que “les da igual orinar en medio de una calle, hacer ruido por la noche o romper botellas en cualquier sitio”.

Y es que según datos del sector, a partir de la primavera en Granada se suelen celebrar unas 1.500 despedidas al año, lo que significa unas 30 por semana. Un fenómeno que atrae a visitantes del resto de ciudades españolas y un importante negocio para la ciudad, pero que preocupa a diversos sectores por el descontrol  y desorden que pueden llegar a generar.