El diario británico Mirror ha elaborado una investigación sobre las vacaciones de algunos jubilados británicos en Benidorm (Alicante), marcadas por el sexo, las drogas y el alcohol. Una tendencia que “está causando el caos en la popular ciudad”.

El medio de comunicación incide en que Benidorm es un destino habitual para los británicos, donde, además, residen 2.305 ciudadanos procedentes de Reino Unido, el 11% de la población. A su vez, señala que muchos de los ancianos que hoy se desatan en la urbe, ya lo hicieron en su juventud, en los años 70 y 80.

Entre los excesos que recopila, se incluye el caso de una “abuela” de Yorkshire que confesó a los periodistas lo fácil que le fue introducir cocaína en el centro turístico, a través de un inhalador. “Es fácil, nadie piensa revisar el tubo del inhalador entre todas mis píldoras, aunque las drogas aquí son lo suficientemente baratas”, aseveró.

El diario asegura que no es raro que a los ancianos se les ofrezca cocaína, éxtasis o marihuana a lo largo del día, mientras almuerzan o dan un paseo. Estos turistas, además, suelen frecuentar los clubes de estriptis de la zona inglesa, compartiendo aforo con los más jóvenes. 

Mirror indica que lo que acontece en la calle Gerona, una zona de bares donde se congrega la mayoría de británicos, “toma un giro más oscuro”. Allí, asegura que las prostitutas ejercen su oficio en la calle y que los traficantes de drogas no tienen reparos en comerciar a plena luz del día, frente a restaurantes familiares. A este respecto, apunta que los lugareños "parecen tomar con calma estos oscuros negocios". A continuación, incluye el testimonio de uno de ellos, cuya identidad ha decidido preservar, quien considera que la policía "hace la vista gorda" porque esta situación no afecta a los españoles. 

Por último, repara en el problema de los carteristas, quienes se aprovechan de los visitantes borrachos y suponen una "amenaza creciente para el turista"