Francesco Schettino, capitán del crucero Costa Concordia que naufragó frente a la costa de la isla toscana del Giglio en 2012 y causó 32 muertos, ha sido condenado por el Tribunal Supremo de Italia a 16 años de cárcel. Schettino había sido condenado en primera estancia en febrero de 2015 por homicidio involuntario, naufragio y abandono del barco a 16 años y un mes de prisión. La fiscalía había pedido 27 años.

La justicia considera probada la culpabilidad del capitán por ordenar el desvío del barco de su ruta original y navegar demasiado cerca de la costa. Según confirmó el propio acusado, quería tener un detalle con un miembro de la tripulación de la isla y un capitán jubilado residente en la localidad.

Cuando el buque chocó contra las rocas, se tardó más de una hora en lanzar la señal de alarma y la evacuación fue un caos. Algunos pasajeros se tiraron al agua al no haber suficientes botes salvavidas. Sin embargo, el capitán, último en salir del barco, sí consiguió acceder a uno dejando atrás a más personas.

Schettino sigue defendiendo su inocencia y acusa a la tripulación del incidente.