El número de registro de viviendas de uso turístico, que es obligatorio mostrar en los anuncios desde julio, ha frenado en seco la proliferación sin medida de este tipo de alojamientos en España. En solo dos meses se han rechazado 34.529 inscripcionescasi la mitad de las solicitudes presentadas—. Una cifra que supone el doble de las denegadas en todo el primer semestre, cuando este censo aún funcionaba de manera voluntaria, según datos del Ministerio de Vivienda.

El mecanismo, promovido por Europa, exige que cada inmueble obtenga un número identificativo único tras comprobar que cumple los requisitos fijados por normativas autonómicas y municipales. La medida, impulsada tras la presión social y las protestas vecinales, busca enfriar un mercado que rozaba cifras récord: en mayo se contabilizaban 381.837 pisos turísticos, apenas un 5% por debajo del máximo histórico de agosto de 2024.

Desde el Gobierno destacan que el arranque ha sido “un éxito” y confían en que el registro permita retirar en las próximas semanas miles de anuncios ilegales en plataformas digitales. Entre las comunidades donde se han rechazado más solicitudes figura Andalucía, con cerca del 60% en verano, aunque no es la única: el control se ha endurecido especialmente en provincias costeras y destinos de alta presión turística, como Baleares.

Expertos urbanísticos consultados por el diario El País advierten, no obstante, de que el censo solo podrá considerarse eficaz si los próximos datos del Instituto Nacional de Estadística reflejan un descenso real en la oferta. También señalan que la mayoría de regulaciones actuales carecen de carácter retroactivo, lo que limita su capacidad para reducir el número de pisos ya existentes.

Mientras tanto, el debate sobre el futuro de las viviendas turísticas se intensifica. Municipios como Barcelona han planteado eliminar todas las licencias en 2029, mientras otros reclaman soluciones diferenciadas por territorio. Los especialistas coinciden en que el desafío no es solo jurídico, sino estratégico: definir qué papel deben jugar estas viviendas en el modelo turístico español.