El gobernador de Marrakech o wali quiere poner orden a la actividad de algunas profesiones que tienen contacto con los turistas que visitan esta ciudad marroquí como gerentes de restaurantes, guías turísticos, conductores de carros de caballos, encantadores de serpientes, propietarios de animales amaestrados, músicos, cuentacuentos o tatuadores de henna.

Según informa  la web le360.ma, se impondrá la obligatoriedad de mostrar siempre los precios al cliente con el fin de evitar los “fraudes y el abuso de confianza con los turistas”. Y es que, tal y como denuncian profesionales del turismo locales, muchos vendedores y artistas en la plaza Jamaâ El Fna están aprovechando la ingenuidad de algunos visitantes extranjeros para aumentar el precio de ciertos bienes o servicios.

Las autoridades marroquíes han tomado esta decisión después de que se hiciese pública la denuncia de una turista a la que un encantador le exigía 450 dirhams (aproximadamente 41 euros) por hacerse una foto con el ofidio colgando del cuello.

Así, la ciudad de Marrakech se suma a otros destinos turísticos que se han visto obligados a regular de forma más estricta el contacto de los comerciantes con los turistas. Recientemente, en Mykonos (Grecia) se han cerrado una docena de restaurantes por cobrar precios desorbitados a los extranjeros. Por su parte, los vendedores agresivos o los mendigos de Egipto se enfrentan a ser multados en caso de atosigar a los turistas.