Rene Trabelsi, ministro de Turismo de Túnez ha anunciado que en 2018 el país recibió 8.299.137 extranjeros en el año 2018. Esta cifra supone todo un récord desde 2010, año en que se produjo la revolución política tunecina.

Sin embargo, estas cifras se deben más a la captación de otros mercados que a una recuperación de los turistas que anteriormente viajaban al país. Así, la nación mediterránea aún no atrae a los visitantes europeos, pero sí que ha encandilado a los argelinos (principal mercado emisor con 2,7 millones de visitantes) y a los chinos, que se sienten especialmente atraídos por la cultura y por los bajos precios de los hoteles-balneario ‘todo incluido’.

Trabelsi ha expresado que el objetivo es superar los nueve millones en 2019, aunque para ello tendrán que “diversificar la oferta, invertir en cultura, deportes y negocios, así como el desierto”.

Justamente en el desierto, muchos profesionales del sector turístico expresan sus quejas por el desinterés de las autoridades tunecinas. Según explica el diario La Vanguardia, en la medina de Touzer, cercana a la frontera con Argelia y conocida por albergar algunos de los decorados que sirvieron de escenario para las películas de Star Wars, los hoteleros se quejan de que el Gobierno ha dejado al abandono estos atractivos turísticos. Uno de los gestores del hotel Dar Hi reivindica que “las infraestructuras se han quedado obsoletas y la inversión en esta zona es escasa".

Los safaris por el desierto son el otro gran reclamo de Touzer, pero tampoco funcionan al ritmo de antaño. “Podrán decir lo que quieran, pero el turismo no se recupera”, sentencia el cuidador de camellos Mounir. Explica, asimismo que “si no fuera por el turismo local” tendrían que cerrar incluso en temporada alta."No sé si es porque no hay dinero para viajar al extranjero o que los tunecinos han decidido descubrir su país. En cualquier caso es una buena noticia", concluye.