La estampa de la calle londinense Oxford Street podría perder a sus populares autobuses rojos. Y es que, el Ayuntamiento de Westminster, barrio donde se encuentra la arteria, informó la semana pasada sobre sus planes para prohibir los buses más antiguos y contaminantes, con el fin de revitalizar la zona comercial, que se ha visto mermada por las compras online, y combatir la polución.

Según ha informado Expansión, la medida llega meses después de que el Consistorio rechazase la propuesta de peatonalizar al completo la calle, tal y como pretendía el Ayuntamiento de Londres. A cambio, Westminster se comprometió a invertir cerca de 170 millones de euros, en los próximos tres años, para construir una especie de plaza en Oxford Circus, fijar la velocidad del tráfico en 30 kilómetros por hora y crear dos rutas de bicicletas que abarcarán toda la calle.

Por otro lado, la City de Londres, distrito financiero de la capital británica, anunció medidas similares para luchar contra la contaminación. Entre sus planes, se encuentra disminuir la velocidad de los vehículos a 20 kilómetros por hora y reducir el tráfico actual a la mitad en 2044. Lo cierto, es que combatir la polución se ha convertido en una de las prioridades de la ciudad, donde cada año mueren miles de niños en Londres por el alto nivel de contaminación. 

De hecho, los niveles de dióxido de nitrógeno en el aire londinense, que inflama los pulmones y reduce la esperanza de vida, se encuentran a la altura de los de Pekín y Nueva Delhi, las locales del mundo que más polución presentan.