Como todos sabéis, en España se cataloga los hoteles por estrellas según una serie de requisitos que deben de cumplir y cada comunidad tiene su normativa.

Dos de los aspectos más importantes a la hora de otorgar las estrellas son el tamaño de las habitaciones y de los baños, y luego se van añadiendo complementos que mejoran la comodidad de los huéspedes, como puede ser el teléfono o una caja de seguridad en la habitación, la calidad de los materiales o las condiciones del edificio en el que se encuentra el hotel. Pero en muchas ocasiones no cuadran las estrellas con la calidad del servicio y del hotel.

Hay una serie de aspectos que se deberían de medir anualmente, como son la limpieza, el mantenimiento de habitaciones y zonas comunes, la decoración, el cuidado del mobiliario, la atención al cliente, la calidad de la gastronomía, la sostenibilidad del hotel. Y así, un gran número de aspectos que haga que un hotel pequeño pueda tener más categoría que un hotel de grandes dimensiones. Esto haría que los hoteles se esmeren año tras año en mantener o incrementar las estrellas otorgadas el año anterior.

La mayoría de los clientes se fijan en las estrellas para realizar la reserva en un hotel y son muchas las ocasiones que eso nos lleva a una gran equivocación, pues te encuentras hoteles con menor categoría en mejores condiciones que en hoteles de mayor categoría. Seguro que todos tenemos hoteles en la cabeza que nos han sorprendido para bien o para mal y que las estrellas no coinciden ni con la calidad ni con el servicio que prestan.

A mi parecer, se tendría que realizar una nueva normativa de calificación de los hoteles, donde no solo se tuvieran en cuenta las medidas de las habitaciones, etc., y estar más enfocada a la calidad del servicio, de las instalaciones y de otros muchos factores que el cliente valora más.

 

*Ricardo Zapata García es Técnico y especialista en Turismo