Una de las cafeterías más famosas de Cádiz por la elaboración de sus churros ha respondido a la alta demanda que están teniendo en los meses de verano imponiendo una nueva medida: máximo 30 minutos para desayunar y desalojar la mesa.

No sé cómo controlarán el tiempo, pero, esto viene por la masificación turística de la ciudad en estos meses y el querer sacar la mayor rentabilidad a cada mesa.

Desde mi punto de vista, hay muchas maneras de levantar a un cliente de la mesa sin tener que poner tiempo a su desayuno o merienda. Y, aunque está mal visto en la hostelería el quitar los vasos mientras hay gente sentada, estando estos vacíos, sería una invitación a desalojar la mesa sin necesidad de poner límite de tiempo.
 


 

Pienso que poner este tipo de medidas hace que el turista no se sienta como en casa y degrada el turismo de la ciudad.

O se busca una alternativa para aminorar el número de turistas que visitan la ciudad de Cádiz y que estos sean de mayor calidad, o perdemos el motivo por el cual los clientes visitan Cádiz: la amabilidad y el cariño que los gaditanos dan al turista.

 

*Ricardo Zapata García es Técnico y especialista en Turismo