Los mercadillos forman parte de la tradición de los pueblos y ciudades, pero también se están convirtiendo, cada vez más, en un atractivo turístico. “En muchos países existe la costumbre de visitar estos tipos de mercados", señala Pere Granados, alcalde del Ayuntamiento de Salou (Cataluña) y presidente del Patronato de Turismo de esta misma ciudad, en una entrevista en exclusiva para Tourinews. Actualmente Salou cuenta con dos mercadillos, uno de ellos con 104 puestos.

Para el alcalde, los mercadillos están lejos de desaparecer aunque estén pasando por una situación complicada debido a la pandemia. Suponen un “elemento positivo de dinamización y reactivación económica”, además de ser una fuente de abastecimiento para la población, generar ocupación y perpetuar la historia y tradición de muchas generaciones familiares.

Pregunta (P): ¿Hay algún mercadillo turístico en Salou?

Respuesta (R): Sí, tenemos dos mercadillos: el de artesanía, que está abierto a diario durante el verano, por la tarde-noche; y el otro que es propiamente un mercadillo con 104 paradas en el 2021, que en 2020 eran 105, y que se celebra todos los lunes por la mañana.
 

Mercat de Nit Salou

Mercat de Nit Salou-Tarragona

P: Con 105 paradas ¿te refieres a 105 puestos?

R: Sí, es un mercadillo grande porque, además, es muy visitado por los turistas, cuando los hay. Para los comerciantes, 2020 ha sido un año tremendamente complicado. Insisto que es un mercadillo que es visitado por mucha gente, entre ellos, el residente local, pero también los turistas. En muchos países existe la costumbre de visitar estos tipos de mercados.

P: ¿Qué genera un mercadillo para una ciudad turística?

R: Yo creo que es un beneficio para todo el mundo. En primer lugar, porque no deja de ser una forma de abastecimiento de productos, tanto para los visitantes como para los residentes. Además, es una tradición y es historia, es el origen del comercio. Aunque, evidentemente, no deja de ser un atractivo turístico. He dicho anteriormente que hay muchos países en los que existe esta costumbre en cuanto a este tipo de compras y eso se refleja en verano, cuando tenemos aquí a los turistas. Es un elemento positivo de dinamización y reactivación económica.

P: ¿Y genera ingresos o supone más trabajo?

R: En definitiva, lo que nosotros podemos ingresar del mercadillo son unas tasas que quedan compensadas por el tema de la limpieza y todo lo que conlleva. Su valor está dirigido, más bien, hacia su componente histórico, su atractivo turístico y, como no, también como una fuente de abastecimiento para la ciudad de una serie de productos que se demandan tanto los residentes como los turistas. Eso es más importante que la cuestión de los ingresos económicos. También hay algo que debemos tener en cuenta y es que detrás de una parada hay una familia que se gana la vida en el mercado. Con lo cual, también genera ocupación. Las personas que se dedican a la venta ambulante son autónomos y eso son puestos de trabajo. Eso es muy importante para cualquier ciudad.



 

P: ¿Cuál es el perfil del comerciante de los mercadillos de Salou?

R: El perfil debe ser como en cualquier otra ciudad. Son personas a las que les gusta este tipo de venta y que, muchos de ellos, ya lo tienen como una tradición familiar que continúan. En definitiva, son autónomos y comerciantes. Yo creo que esto debe ser prácticamente igual en todos los sitios.

P: ¿Son como sagas familiares?

R: Podemos decir que sí, en el sentido más positivo de la palabra. Se conservan esas tradiciones que hay en las familias. También es verdad que hay una serie de personas que quieren introducirse porque ven una oportunidad de tener un puesto de trabajo y unos ingresos, por lo que también lo intentan. Aquí, con 104 paradas que tenemos este año, son muchas las familias que hay detrás. Pero ya digo que es una tradición.

P: ¿Qué diferencia percibe entre comprar en un mercadillo y comprar en un centro comercial?

R: Posiblemente el contacto con el vendedor y el trato que recibes. El mercadillo es sinónimo de proximidad. En las tiendas de los centros comerciales es diferente, aunque no digo que no exista ese contacto. Pero el hecho de comprar en un mercadillo y la forma de exponer el producto conlleva mucho más contacto entre el vendedor, el comprador y la mercancía.

P: ¿En el mercadillo de Salou se venden productos de los artesanos de la ciudad?

R: Nosotros tenemos el mercadillo de artesanía donde se venden exclusivamente productos artesanos, pero hay que decir que en Salou no tenemos artesanos que provean a estos puestos, sino que muchos titulares de estas paradas del mercado de artesanía se fabrican su propio producto.

 

Pere Granados visita el mercado de artesanía

Pere Granados visita el mercado de artesanía situado en el Espigó del Moll | Foto: Ayuntamiento de Salou

P: ¿Cómo afronta el mercadillo de Salou la pandemia?

R: Evidentemente, en un lugar turístico como este que se caracteriza por el turismo estacional, todo ha sido muy complicado. Debemos tener en cuenta que el turismo internacional, que es un gran usuario de este tipo de mercados, no ha venido. Desde la Administración Pública reaccionamos en su momento. Hubo muchas paradas que no quisieron montar su caseta porque el coste que suponía era superior a los beneficios que podían obtener, por lo que, desde el Ayuntamiento de Salou decidimos reservarles el espacio y dejarlos exentos del pago de las tasas. Al resto que sí se ha mantenido abierto, lo que hicimos fue reducirles el importe de las tasas al 50%.

P:  En teoría, al ser al aire libre, los mercadillos constituyen uno de los ambientes donde menos riesgo hay.

R: Efectivamente. Pero bueno, también tomamos medidas de distanciamiento y de seguridad sanitaria. Desde que comenzó la pandemia, los paradistas no pudieron abrir hasta el 22 de junio. Hemos pasado una situación complicada y difícil, como todo el mundo. El autónomo, el pequeño comerciante, y el grande también, están padeciendo mucho con esta crisis económica provocada por el Covid-19.

P: ¿Cree que puede desaparecer parte de este comercio?

R: Yo creo que no y la prueba es esta. Nosotros cambiamos el mercado de ubicación, antes lo teníamos en una calle mucho más céntrica y ahora está al lado del Ayuntamiento, y vemos que se mantienen un número importante de paradas. Yo creo que continuará porque existe esa tradición de comprar de forma diferente a lo que es en un establecimiento, a la gente le gusta y los vendedores hacen un muy buen trabajo.