200 pasajeros, mayoritariamente españoles, tuvieron que permanecer encerrados en un avión de Ryanair, en Praga, durante seis horas y con una sensación térmica de -10ºC, debido a “inclemencias meteorológicas”, según argumentó la propia aerolínea.

El vuelo FR2767 de la ‘low-cost’, con destino Madrid, tenía previsto despegar a las 9.30 horas de la mañana el domingo 3 de febrero. Sin embargo, el embarque se produjo a las 14.00 horas y cuando el reloj había marcado las 20.00 horas, el avión seguía en la pista, sin moverse, y con el pasaje en su interior.

El encierro provocó la irritación y malestar de los pasajeros, quienes no podían entender tal retención, así como que la compañía no les facilitara agua o comida. “Hay una persona embarazada, una persona diabética, otra persona con un cólico de riñón, varios niños, y no nos pueden dar de comer ni de beber. Nos están tratando como verdaderos animales”, denunció el viajero Argimiro Pérez en un vídeo.

Este mismo usuario, recriminó que el pasaje llevaba tres horas dirigiéndose a Ryanair por medio de la red social de Twitter, para que tuviera conocimiento de lo sucedido y buscara una solución. Sin embargo, no hubo respuesta.

Lo cierto, es que a medida que se prolongaba el encierro, la situación se volvía más insostenible y los pasajeros perdían la paciencia. En unas imágenes publicadas por Radio Televisión de Castilla y León, se observan a los viajeros de pie, con los nervios a flor de piel, gritando: “¡Ya se acabó ya, por favor, joder!”, pidiendo a la tripulación que los dejara bajar del avión. Otra de las pasajeras instaba a llamar a la policía. Incluso, hubo miembros del pasaje que sufrieron ataques de ansiedad y requirieron de atención médica.

“Si abandonan el avión viajarán mañana o el día pertinente que Ryanair les dé”, pronunció uno de los trabajadores de la compañía por megafonía, ante las intenciones de los pasajeros de bajar de la aeronave.

La ‘low-cost’ justificó el encierro por las inclemencias meteorológicas derivadas de la nieve. En este sentido, comunicó a los viajeros que no se podían descongelar correctamente las alas de la máquina y, a posteriori, puntualizó en un comunicado que la “lentitud de los servicios de deshielo provocaron algunos retrasos”. También, se disculpó por los problemas causados y sufragó el alojamiento y comida de los afectados.

Mientras, Antonio Escobar, portavoz de Sindicato de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (SITCPLA), manifestó en declaraciones a La Sexta: “Entiendo que un caso de nieve y más en un país acostumbrado a la nieve, llamarlo caso de causa mayor no estaría justificado ante la autoridad aeronáutica”.

En este sentido, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) determina que el máximo de horas que puede permanecer el pasaje en el interior del avión es de tres horas. "La propia normativa de Ryanair dice que cuando hay más de dos horas de retraso, la compañía hará todo lo posible para desembarcar a los pasajeros", matizó Escobar.

Este fatídico episodio concluyó para los pasajeros del vuelo FR2767 el lunes 4 de febrero, cuando el avión de Ryanair emprendió rumbo a Madrid a las 11.25 horas, dos horas después de lo anunciado por la compañía. Este nuevo retraso, volvió a ocasionar el pánico en los viajeros, quienes no se fiaban de la compañía y creían que el avión sufría una avería que no se había solucionado. Algunos optaron por abandonar la aeronave bajo su propia voluntad. 

Imágenes del momento del encierro | Vídeo: Radio Televisión de Castilla y León