“En mayo y junio tendremos una mayor venta, a pesar de que históricamente son los dos peores meses del año en Gran Canaria”, señala José María Mañaricúa, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas, en una entrevista en Tourinews

La Semana Santa para muchos destinos es una oportunidad para recuperar y coger aire de cara al verano. Sin embargo, para Canarias no es algo fundamental. Mañaricúa destaca que para ellos la llegada de las vacaciones de Pascua “siempre es una mala noticia”. Además, señala que han tenido un 1% menos de turistas extranjeros con respecto al mismo periodo de 2019 y que el cliente local ha sido esencial “para llenar esas camas vacías y mejorar los datos de ocupación”. 

Pregunta (P): ¿Qué es la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT)?

Respuesta (R): La Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas engloba al conjunto de empresas que se dedican al sector alojativo y de restauración. Incluye a empresas y empresarios hoteleros, al igual que extrahoteleros, y también negocios de restauración y ocio. Todo ello, acaba conjugando una situación que hace convenio colectivo con los sindicatos y que representa ante las instituciones nuestras necesidades turísticas para guiar a los responsables públicos en la adopción de mejores medidas para que Canarias siga siendo líder turístico y pueda afrontar el futuro de la mejor manera posible

Gran Canaria. Foto: Pixabay

Gran Canaria. Foto: Pixabay

P: Con respecto al balance de Semana Santa, ¿tiene sentido darle tanta importancia a este periodo vacacional?

R: Tiene importancia en la Península, pero no en Canarias. En la Península hay muchos destinos de ‘Sol y Playa’ donde, justo en Semana Santa, abren el mayor número de hoteles por primera vez después de permanecer cerrados en invierno. Mientras que, en Canarias no tenemos esa temporalidad porque tenemos todo el año abiertos los hoteles y justo en abril finaliza nuestra temporada alta —que va desde el 1 de noviembre hasta finales de abril— y es después de Semana Santa cuando dejan de volar nuestros clientes escandinavos, los de mayor tarifa y muy fieles al destino. Por lo tanto, la Semana Santa para nosotros siempre es una mala noticia. Y, por otro lado, para nosotros cuatro días de Semana Santa no resuelven nuestra cuenta de resultados; eso sí, son cuatro días donde nuestros números mejoran porque el cliente local, el canario, nos ayuda a completar esas camas vacías y nos hace llegar a mayores grados de ocupación. Sin embargo, para Canarias no es fundamental la Semana Santa. 

P: Entonces la Semana Santa ha sido buena, pero corta… 

R: Sí, además veníamos de un mes de un enero y febrero excepcionales en Gran Canaria, pero aun así nos hemos quedado un 1% por debajo en turistas extranjeros con respecto al 2019. Estos datos son muy buenos y se puede hablar de recuperación. En marzo y abril de 2023 ha habido una desaceleración en las reservas, una pequeña caída. Sin embargo, vemos que para mayo y junio vienen muy bien las reservas. Por lo tanto, no sabemos explicar muy bien esto porque no es una tendencia continua. Enero y febrero vinieron muy bien, en marzo y abril tuvimos una pequeña caída y los dos próximos meses también vienen muy bien. En mayo y junio bajamos tarifa, empezamos nuestra temporada baja y somos más competitivos. Esto va a hacer que haya una mayor venta, cuando históricamente son los dos peores meses del año en Gran Canaria. 
 

La tasa de emisiones será el primer nubarrón grande que tendremos


P: Se habla de numerosos factores negativos (subida de precio, escasez de personal…) y aun así se prevén buenos resultados. ¿Cómo se consigue? 

R: Los datos que nos proporcionan diferentes empresas y proveedores es que en países como Alemania, donde hemos decrecido en número de turistas con respecto a la prepandemia, o Reino Unido, donde hemos crecido, todavía la capacidad de gasto de las familias, el ahorro, es mayor que previamente de la pandemia. Parece ser que en la Península y Canarias el ahorro es parecido al que teníamos antes de la pandemia, y parece que ya hemos gastado esos excedentes, ese dinero que habíamos ahorrado durante la pandemia. La realidad es que los costes suben, los alimentos han subido un 15%, el conjunto de los servicios suben y nosotros tenemos que aplicar gran parte de esa subida de costes al precio final de nuestro producto. Vemos como los británicos en cuanto han podido han viajado y nos han ayudado a reabrir hoteles, y también vemos que los escandinavos y alemanes no están viajando todavía a Gran Canaria de la misma forma que antes de la pandemia. Nos espera un año 2023 turísticamente bueno, pero con unos nubarrones en el futuro que van a ser importantes. La tasa de emisiones, que empezará el 1 de enero de 2024, será el primer nubarrón grande que tendremos. Y he de decir que Canarias no se quedará exenta de esta tasa. Estará exenta en los viajes y en los vuelos desde Canarias con terceros países de la Unión Europea, pero un vuelo que venga de Alemania, de Bélgica o de Holanda sí tendrá la tasa de queroseno y se encarecerá. Hay que distinguir entre la tasa de emisiones y la de queroseno como elementos que pueden encarecer los viajes y, por lo tanto, hacernos menos competitivos.