Mayra Gómez Kemp, icónica presentadora de televisión, falleció este domingo a los 76 años. Su muerte ha supuesto un duro golpe para el mundo del espectáculo, donde hizo historia al ser la primera mujer en el mundo en presentar un concurso, el famoso "Un, dos, tres... responda otra vez", que encabezó en dos etapas: entre 1976 y 1977;  y entre 1982 y 1988. 

Este programa llegó a reunir frente al televisor a más de 20 millones de espectadores que cumplían todos los lunes (a partir de su sexta temporada) con su cita con Televisión Española, que por entonces monopolizaba la parrilla.

Gómez Kemp se convirtió en la imagen más icónica de un "Un, dos, tres” que no solo marcó la cultura popular con sus Secretarias, Ruperta o sus Tacañones, sino que revolucionó la promoción turística. ¿A quién de sus espectadores no le viene Torrevieja a la cabeza cuando piensa en este concurso?

Los famosos apartamentos


Los apartamentos junto a la playa se convirtieron rápidamente en uno de los regalos más ansiados de las parejas que llegaban a la subasta, última parte del concurso en la que tenían que descartar premios, basándose en pistas, pero sin conocer realmente qué eran. Si bien los que permanecen fijados en la memoria popular son los pisos en Torrevieja (Alicante), en el listado aparecen numerosas poblaciones que hoy son considerados destinos maduros como Torremolinos y Benalmádena (Málaga), Cullera (Valencia), Ibiza o el Mar Menor (Murcia).

Programas temáticos


A esta promoción se sumaba otra, y es que cada programa se centraba en un tema concreto en torno al cual se desarrollaban los diálogos, los números musicales, la vestimenta de los actores y colaboradores e incluso el decorado. En los 411 episodios aparecen temáticas intrínsecamente ligadas al turismo; de hecho, aparecen varios programas titulados El turismo, Los grandes hoteles o Los aeropuertos. Hubo otros centrados en fiestas de interés turístico internacional como Las Fallas o La Feria de Abril; y en destinos como Mallorca, Las Islas Canarias, Túnez o México.

Así, Gómez Kemp no solo deja un legado imborrable en la industria televisiva, sino que aportó su granito de arena en la incipiente industria turística española en la década de los 70.