JetBlue desiste definitivamente de la compra de su competidora Spirit. De acuerdo con la primera, a pesar de que ambas siguen creyendo “en los beneficios procompetitivos de una fusión”, las aerolíneas han acordado poner fin a los intentos de unión, tras recibir un gran varapalo judicial a principios de año y que paralizó la operación.
Según el acuerdo, JetBlue pagará a Spirit 69 millones de dólares (más de 63 millones de euros) y la rescisión resuelve todos los asuntos pendientes relacionados con la transacción. De esta forma, las aerolíneas se liberan mutuamente de cualquier reclamación entre ellas.
“Creíamos que valía la pena llevar a cabo esta fusión porque habría desembocado en un gran competidor nacional de alto valor y tarifas bajas frente a las cuatro grandes aerolíneas”, ha afirmado Joanna Geraghty, directora ejecutiva de JetBlue. “Estamos orgullosos del trabajo que hicimos con Spirit para diseñar una visión que desafiara el status quo, pero dados los obstáculos que aún quedan para cerrarlo, decidimos conjuntamente que los intereses de ambas aerolíneas se satisfacen mejor si avanzamos de forma independiente. Deseamos lo mejor a todo el equipo de Spirit”.
“JetBlue tiene un plan orgánico sólido y ventajas competitivas únicas, que incluyen una marca querida, una propuesta de valor única y geografías de alto valor”, ha continuado Geraghty. “Ya hemos comenzado a avanzar en nuestro plan para recuperar la rentabilidad. Esperamos compartir más sobre nuestro progreso en los próximos meses”.