Después de numerosos anuncios y elucubraciones, el polémico avión presidencial de México ha encontrado dueño. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado la firma de un contrato de compra-venta con su nuevo propietario: el Gobierno de Tayikistán. “Después de mucho tiempo se logró vender este avión”, ha celebrado el mandatario.

El precio por el que se ha vendido el avión presidencial es de cerca de 1.659 millones de pesos (unos 92 millones de dólares estadounidenses). La aeronave fue comprada en su día por 7.500 millones de pesos (218 millones de dólares). De acuerdo con el propio presidente, el dinero ha sido ingresado en la cuenta del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep) y será utilizado para construir dos hospitales.


Desde que López Obrador llegó al poder, hace unos cuatro años, ha querido vender el avión presidencial, para cumplir así su promesa electoral. En los últimos años, el avión ha viajado a California (Estados Unidos) para tratar de encontrar un comprador y, al no encontrarlo, el Gobierno ha enumerado varias propuestas: desde emplearlo para la celebración de bodas y otras festividades hasta que formara parte de la flotilla de la nueva aerolínea pública que quiere crear el presidente.

López Obrador ha asegurado que la semana que viene dará más información sobre el avión, sobre “la poca utilidad” que ha tenido, así como “lo costoso de su mantenimiento”. Y es que la aeronave, cuyo modelo es un Boeing 787-8. Apodado como Dreamliner, se trata de uno de los aparatos comerciales más modernos y eficientes del mercado actual. Según ha afirmado el presidente mexicano en varias ocasiones, es un avión tan lujoso que “no lo tienen ni Obama ni Trump”.