La reconversión para otros usos, como puede ser el ocio y el turismo, es una de las principales vías para rescatar parte del patrimonio arquitectónico español que corre el riesgo de terminar convertido en "escombros", así lo cree David Núñez González, CEO y cofundador del Mercado de la Imprenta en Valencia.

Han conseguido convertir la antigua Imprenta Vila, en pleno corazón de la capital del Turia, en todo un referente gastrocultural, pese a haber tenido que hacer frente a "todo tipo de dificultades", entre ellas, la lentitud de la burocracia administrativa en Valencia.

Pregunta (P): ¿Qué es el Mercado de la Imprenta en la actualidad?

Respuesta (R): El Mercado de la Imprenta es un mercado gastronómico con 19 puestos de comida y barras de bebida. Los puestos se los arrendamos tanto a restauradores valencianos como del resto de España.

P: ¿De dónde surge el nombre?

R: El nombre surge porque el edificio que lo alberga es era una antigua imprenta de 1908 y decidimos recuperar la denominación para mantener la historia y hacer un guiño al pasado del inmueble. Se trataba de una de las mejores imprentas de España, sin embargo, con el auge de la digitalización se cerró el negocio. Entonces, tuvimos la oportunidad de quedárnoslo y le dimos una segunda vida.
 

Vista aérea del Mercado de la Imprenta

Vista aérea del Mercado de la Imprenta

P: ¿Qué cree que hubiera ocurrido con el edificio si no se hubiera reconvertido en algo?

R: Por desgracia, yo creo que hubiera caído en desuso y, finalmente, acabar derrumbado, porque es lo que pasa con el patrimonio histórico, muchas veces no se deja intervenir para hacer otras actividades y acaba convirtiéndose en escombros.

P: ¿Hablamos de un espacio estrictamente gastronómico o acoge otro tipo de actividades?

R: A nosotros nos gusta llamarlo mercado gastrocultural, porque además de la gastronomía también se ofrecen actividades culturales. Se gestiona a través de una agencia que se ocupa de planificar y programar todas las actividades del ámbito de la cultura; asimismo, todas las propuestas que van llegando a través del email o el teléfono las vamos aceptando o descartando según el interés.
 

Comensales disfrutando del Mercado de la Imprenta de Valencia | Foto: Mercado de la Imprenta

Comensales disfrutando del Mercado de la Imprenta de Valencia | Foto: Mercado de la Imprenta

P: ¿De qué tipo de actividades se trata?

R: Exposiciones de arte, de pintura, también hacemos guiños al pasado del edificio con muestras de máquinas de la antigua imprenta. También hacemos presentaciones de libros... En general, un poco de todo.

P: El hecho de conjugar arte, gastronomía, cultura, ocio, ¿define un poco el tipo de cliente?

R: Hoy en día, la gastronomía y la cultura van muy unidas y digamos que, la gastronomía es la nueva cultura. Cada vez son más las personas que entienden de gastronomía, de hecho hay gente que hace viajes gastronómicos, incluso yendo a destinos lejanos para conocer restaurantes y, con ello, la cultura del lugar. De igual manera, cuando se hacen presentaciones de arte o de un libro, por ejemplo, se termina con un vino de honor.
 

Antigua imprenta Vila de Valencia

Antigua imprenta Vila de Valencia

P: ¿Cuáles son las principales dificultades con las que se enfrenta un proyecto de estas características? ¿La Administración, los vecinos, el coste de la obra...?

R: La verdad es que hemos tenido todo tipo de dificultades. Por un lado, al ser un edificio protegido, la Administración te pide muchos trámites, por desgracia, la burocracia en Valencia va muy despacio, sobre todo el tema de actividades. Por otro lado, el tema económico. Rehabilitar un edificio de tanta envergadura ha supuesto un gran coste, ya que todo hay que multiplicarlo por los 2.000 metros cuadrados que tiene el mercado. Además, nos hemos enfrentado a una pandemia que ha supuesto tener el edificio cerrado durante tres años y seguir pagando rentas y demás gastos. Han sido muchas dificultades, pero al final ha salido a flote y estamos muy contentos.