El Gobierno de Baleares ha aprobado el proyecto de Ley de Residuos, una norma que prohibirá la venta de pajitas, bolsas y bandejas de empaquetado . El objetivo de la regulación es reducir la producción de basuras del archipiélago un 10% antes de 2020 y un 20% en 2030.

Pese a que aún tienen margen de maniobra para alcanzar sus objetivos, actualmente las autoridades tienen un problema más acuciante en relación a los residuos y es que las playas de Mallorca son las segundas más sucias del Mediterráneo y el municipio turístico de Llucmajor está afrontando una auténtica crisis de basura.

Desde hace varios meses hay graves problemas con la limpieza en las calles y carreteras y con la recogida de la basura en las urbanizaciones de Maioris, Puig De Ros y Sa Torre. Ahora, en plena temporada alta turística la situación se agrava ya que la crisis no solo afecta a residentes sino que también influye en la imagen que los visitantes se llevan de la isla.

Vecinos de la zona explican a Tourinews que la recogida de residuos no está funcionando correctamente y las calles están “hechas un asco”: “Si alguien tiene que tirar algo y no encuentra ningún hueco, tiene que dejarlo en la calle y esto es lo que la gente está haciendo desde hace meses. No sé dónde está el fallo, pero al final es o falta de dinero o incapacidad de gestionarlo bien”.

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Paradas de autobús, colegios parques y el mar

Explican que la basura está en todas partes: “En la parada de autobús de la entrada de Sa Torre, hubo un montón de basura durante semanas; la gente esperaba al autobús en medio de la basura”.

Los lugares donde juegan los niños tampoco se libra y es que las bolsas copan parques y colegios: “Si no cogen una enfermedad, seguro que cogen una idea equivocada sobre cómo hay que cuidar el medioambiente”.

Como se puede comprobar en las fotos que acompañan este artículo, los deshechos se acumulan en papeleras, contenedores y terminan también en el suelo y entre los matorrales. La situación empeora si se tiene en cuenta que las lluvias y el viento arrastran papeles y plásticos al mar.

La ley de residuos y la ecotasa

Para los mallorquines resulta paradójico que esta situación se produzca justo cuando se ha aprobado el proyecto de Ley de Residuos. “Está bien cambiar leyes y empezar a mentalizar a la población para usar menos plástico y evitar generar tanta basura”, argumentan pero creen que en paralelo hay que mejorar la logística de recogida: “Últimamente todo el mundo se está colgando medallas de lo que están haciendo por el medioambiente;  sobre todo políticos que tendrán miles de excusas porque dejan a su pueblo en esta situación”.

Profesionales del turismo critican en Tourinews que la isla cobró 65 millones de euros de la ecotasa el año pasado y que a lo largo de este ingresará 100 millones de euros de los visitantes “fingiendo que es para el medioambiente”. Afirman ser conscientes de que ese dinero no es para los ayuntamientos, pero que se tiene que buscar una forma de que se gestione bien: “Hay que despertar a esta tropa, porque si no la isla se va a hundir en su propia basura”.

¿Y los turistas?

Inciden en que la gestión debe modificarse porque “la imagen que Mallorca da en su temporada alta no es la mejor”.

Fuentes del sector turístico aclaran que por lo general el visitante no se queja al touroperador, pero que “lo ve y toma sus propias conclusiones. Piensa que está en un país tercermundista donde le cobran la ecotasa y no son capaces de quitar la basura”.

También especifican que en estos problemas para la gestión de basura los hoteleros no tienen culpa, porque en la zona sólo hay dos hoteles y porque tienen sus propios días de recogida de la basura: “Todo esto es de gente que vive allí o de clientes de Airbnb que están en los apartamentos y que tienen otra forma de consumir”.

“¡Qué tristeza!”

No es la única queja el respecto, Gabriel Rojo Rodriguez y Teresa Carratalá Paños denuncian la situación en el municipio de Llucmajor, expresando su malestar.

También coincide Miguel Ángel Herrero, que en un mensaje a Tourinews comenta que la situación es similar en Es Caló d'es Moro de Santany. En su caso, lo achaca al “turismo masivo e insostenible”.