El pasado domingo Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal, PSL) se declaró vencedor de las elecciones presidenciales de Brasil. Según el Tribunal Electoral, se impuso con un 55,1% de los votos sobre su rival, Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores, PT), que logró un 44,9%.

De Bolsonaro la prensa internacional ha hablado mucho desde que fue apuñalado durante un mitin en plena carrera electoral a la presidencia, el pasado 6 de septiembre. Su posición económica es neoliberal, su visión ideológica, de derechas; pero, ¿cuál es su punto de vista respecto al turismo?

El presidente electo de Brasil cree que el turismo debe convertirse en uno de los ejes económicos del país, pero cree que hasta el momento “la falta de inversión en infraestructuras” y la “violencia” han lastrado a la industria. Asegura que la nación sudamericana tiene mucho potencial y que el número actual de turistas extranjeros recibidos es “bajísimo”.

En 2017, Brasil registró 6.588.770 visitantes extranjeros. Esto le convierte en uno de los mayores receptores de turistas de la región de América Latina, pero muy por detrás de México (con más de 34 millones de turistas) y bastante similar a otros competidores como Argentina (6,7 millones) o República Dominicana (6,1 millones).

El reto pues es conseguir que este país con más de 200 millones de habitantes exprima al máximo sus posibilidades, pero ¿cómo?

Privatizaciones y concesiones

Una opción podría estar presente en el propio programa electoral de Bolsonaro. El nuevo presidente pretende realizar privatizaciones entre las 147 empresas estatales para pagar las deudas del Estado. Así mantiene una perspectiva similar a la que asumió el gobierno de Michel Temer (PT) con la privatización de 14 aeropuertos. La presencia de grandes nombres del sector vacacional podrían favorecer un boom en la industria.

A esto se suma la intención de Bolsonaro de atraer inversiones extranjeras mediante una reforma del sistema jurídico. Una medida que podría atraer a grandes actores turísticos internacionales que fomenten y promocionen la llegada de visitantes al destino.

Rio de Janeiro. Brazil

Rio de Janeiro - Brasil

Imagen internacional

Desde otra perspectiva, la victoria del líder del PSL podría ser contraproducente de cara a atraer al turista extranjero, y es que su imagen internacional está puesta en entredicho por algunas de sus declaraciones.

Organizaciones como Amnistía Internacional ya han puesto el foco sobre el “discurso tóxico” del futuro habitante de Planalto. Desde la ONG critican que durante la campaña se han realizado declaraciones discriminatorias sobre grupos como los pueblos indígenas, la comunidad LGTBI, las mujeres, los activistas y los jóvenes negros.

Para Brasil, la apuesta por Bolsonaro puede suponer todo un resurgimiento de un sector económico que está creciendo de forma exponencial en toda la región o la puntilla para un destino que puso toda la carne en el asador durante el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, pero que aún no ha visto resultados.