Los Oscar de 2017 van a ser recordados, no por la calidad de los largometrajes presentados o por los vestidos esperpénticos lucidos en la alfombra roja, sino por ser la edición en la que se cometió el que podría ser el mayor error de la historia del cine: por unos minutos el filme 'La La Land' fue considerado el vencedor de la estatuilla a la mejor película, cuando la auténtica ganadora era ‘Moonlight’. ¿Fue un error del veterano Warren Beatty, un fallo de la organización que entregó un sobre equivocado o una estrategia de promoción basada en la viralización y el engaño?

En la era de las redes sociales todo error es repetido hasta la saciedad. El espectador disfruta viendo cómo pese a estar envueltos entre vestidos de alta costura, elitismo cultural y alto nivel económico, sus ídolos también meten la pata hasta el fondo. Es una forma de humanizarlos.

Los medios de comunicación también participan en el juego. La carrera por obtener los clics y atraer a los usuarios ávidos de este tipo de contenidos virales hace que la difusión de estos gazapos sea constante. Desde los informativos, pasando por los programas de variedades, hasta los humorísticos rellenan horas comentando y analizando los motivos que pueden llevar a un error de semejantes características.

Los últimos en subirse a esta moda, probablemente, han sido los propios organizadores de los eventos que, queriendo aumentar su repercusión mediática, apuestan por este tipo de promoción. El clásico “que hablen de mí aunque sea mal”.

And the winner is…

El último episodio vivido tuvo lugar en la noche del domingo durante la ceremonia número 89 de los Oscar. Todo estaba a punto de terminar con la entrega del galardón a la mejor película, posiblemente el de mayor relevancia, una tarea dejada en manos del octogenario actor Warren Beatty y la también actriz Faye Dunaway. La confusión llegó cuando tras ser llamados al escenario y considerarse vencedores, los miembros del equipo de ‘La, La, Land’ tuvieron que devolver la estatuilla a favor de los creadores de ‘Moonlight”. Una imagen bochornosa que ha dado la vuelta al mundo.

 

Pese a que muchos indican  que Martha Ruiz y Brian Cullinan, dos empleados de la consultora PriceWaterhouseCoopers, encargados de la custodia de los sobres, son los culpables, la sombra de la sospecha sobre una campaña de marketing siempre está presente. Durante anteriores ediciones han tenido lugar sucesos más o menos relevantes, que han dado un toque distinto a esta gala y que han atraído la atención de los espectadores, como el selfie de Ellen DeGeneres en 2014,  ¿por qué no ir un paso más allá?

Miss Universo 2015

Jimmy Kimmel, humorista presentador de la gala cinematográifca, sabía la que se les venía encima y se permitió bromear en medio de la confusión que se vivía sobre el escenario: “En lo personal, culpo a Steve Harvey por esto”. La mención de Harvey no es baladí, ya que esta pifia de los Premios de la Academia encuentra su precedente más cercano en la elección de Miss Universo 2015. El certamen de belleza se estrenó en el canal Fox "a lo grande".

 

El conductor de la gala se confundió a la hora de anunciar a la mujer más hermosa del Universo, humillando a Miss Colombia, la ganadora por 2 minutos, y con cara de circunstancias a Miss Filipinas, la vencedora real. Todo un esperpento que llenó horas de entretenimiento y que disparó las audiencias de un formato de capa caída. Al día siguiente del certamen, el vídeo de la confusión ya había alcanzado los 2 millones de visualizaciones en YouTube. Justamente estos aspectos despertaron las suspicacias de muchos, que señalaron a Fox como el titiritero que orquestó una campaña de promoción brillante.

En el turismo

Un experto en este tipo de estrategias es Ryanair. La compañía irlandesa de bajo coste hizo gala durante muchos años de la estrategia de que cualquier publicidad, aunque negativa, siempre es buena. Desde los viajes con pasajeros de pie, con patente incluida, hasta el cobro por hacer uso del baño han sido noticias que han puesto a la compañía con sede en Dublín en boca de todos. Aunque aún potente a nivel comunicativo, la 'low cost' ha dejado atrás esa estrategia para fomentar mensajes más positivos (tarifas gratuitas) o para posicionarse políticamente.

MICHAEL OLEARY

Michael O'Leary, consejero delegado de Ryanair

Otros, por su parte, aprovechan momentos incómodos o vergonzosos de la televisión que se hacen populares en Internet y las redes sociales para sacar partido. Este es el caso de VisitElche. La web de turismo de la ciudad alicantina lanzó una campaña para encontrar a la participante del concurso de televisión "¡Ahora caigo!" que no supo resolver la pregunta que hacía referencia al municipio: ¿En qué ciudad alicantina se encuentra el palmeral más grande de Europa? La concursante, de nombre Valeria, contestó con palabras como "Mecho" o "Pichu" convirtiendo rápidamente su participación en comidilla de las redes sociales. Finalmente, la invitaron a  visitar el destino y consiguieron más de 7 millones de impactos publicitarios.

El palmeral de Elche

Momento del concurso de televisión "¡Ahora caigo!"

A todas luces, se abre una nueva ventana de promoción  que será abrazada por algunos y desdeñada por aquellos que piensan que el fin no justifica los medios.  ¿Con qué nuevas polémicas nos sorprenderán en el futuro?