En un intento por frenar la propagación del virus dentro de sus fronteras, el Gobierno belga exige a todos los viajeros procedentes de zonas de riesgo, que guarden una cuarentena de 10 días a partir del 31 de diciembre. Desde el 2 de enero, pedirá, además, la realización de test en los días 1 y 7 del confinamiento. Esta medida se mantendrá activa, al menos, hasta el 15 de enero.

Además, a aquellos que no son residentes y regresan al país desde una zona de riesgo deben presentar una PCR negativa realizada en origen durante las 72 horas previas a la salida. Solo los no residentes que no se desplacen en avión o en barco y que hayan estado menos de 48 horas en el extranjero o se queden menos de 48 horas en Bélgica, están exentos de esta tercera prueba.

Según explica el diario Brussels Times, la decisión del Ejecutivo viene derivada de la previsión de la llegada de unas 100.000 personas  —en un país con 11 millones de habitantes— que vuelven de sus vacaciones navideñas. Para hacer frente al aumento en la realización de PCR, las autoridades reforzarán las infraestructuras en los aeropuertos y estaciones.

Viajar desde Bélgica a una zona roja está autorizado, pero no es en absoluto recomendado. España es considerado actualmente como zona de riesgo, por tanto, todos aquellos belgas que estuviesen pasando sus vacaciones en el país y ahora quieran regresar, tendrán que someterse a esta nueva normativa. Bélgica fue el octavo país emisor de turistas a España en 2019.