En este agosto se han cumplido 10 años desde que la obra Ecce Homo —ubicada en el Santuario de la Misericordia de Borja (Zaragoza)— fuera ‘retocada’ sin permiso por Cecilia Giménez, vecina del pueblo aragonés de apenas 5.000 habitantes. Ahora, la obra es una fuente de ingresos y reclamo turístico.
El fresco Ecce Homo fue creado por el pintor Elías García, para la parroquia de Borja, en 1930. Debido al paso del tiempo y a la falta de conservación de la obra, el mural se deterioró. Ante esta situación, Cecilia, feligresa local, decidió acometer por su cuenta la restauración del fresco.
La mujer —de 91 años actualmente— intentó retocar la pintura en varias ocasiones, pero la humedad del lugar complicaba la tarea. Cecilia lo siguió intentando hasta el día que tuvo que salir del pueblo para disfrutar de un viaje del IMSERSO, dejando secar así los pigmentos recién añadidos a la obra. El resultado fue una desvirtuación total del fresco original.
La nueva versión del Ecce Homo se convirtió rápidamente en el tema de conversación principal del pueblo, que intentaba descifrar quien había ‘vandalizado’ la obra original. Tras admitir Cecilia los hechos, la historia llegó a los periodistas, que comenzaron a acudir a Borja en masa, atrayendo una enorme atención mediática -a nivel nacional e internacional-.
Fenómeno mundial
Miles de personas comenzaron a acudir diariamente a la Iglesia de Borja tras conocerse la noticia. El Ayuntamiento actuó rápidamente, creando una fundación para gestionar la entrada de turistas al templo, cobrando tres euros por persona. El periódico El Diario.es, afirma que en estos diez años han llegado más de 300.000 visitantes a la localidad. A pesar de que la asistencia ha ido decayendo con el tiempo, actualmente se generan más de 40.000 euros al año con la venta de entradas. Los ingresos se destinan al mantenimiento del santuario -con dos guías que muestran la obra de Cecilia- y en ayudas para personas mayores sin recursos.