El equipo de gobierno de Sant Antoni (Ibiza) no pretende impulsar el turismo de cruceros en el municipio, debido a que la llegada de este tipo de embarcaciones requeriría de “cambios estructurales en el puerto que implicarían un gran problema medioambiental”, según defendió el edil de Economía, Francisco Tienda.

Tal y como ha informado Diario de Ibiza, el Ayuntamiento está tramitanto una ley que incluye la supresión de toda actividad comercial en las instalaciones portuarias del municipio, de tal forma que no podrían atracar naves cargadas de mercancía o cohes particulares

En este sentido, el equipo de gobierno se mostró contrario a la llegada de ferris cargados con vehículos, incluso aquellos que portan tanto pasajeros como automóviles. Tienda manifestó que no observa "ningún beneficio real" para el municipio en la llegada de cruceros, ya que los cruceristas "que vienen un solo día a la isla acuden a visitar el Patrimonio de la Humanidad", ubicado en Ibiza ciudad, no Sant Antoni. 

Por ello, el edil aboga por los "usos tradicionales y turísticos" del puerto, dejando los de tipo comercial al embarcadero de Ibiza. El alcalde, Josep Tur, por su parte, justificó la postura del Ayuntamiento con los posibles efectos medioambientales, ya que las aguas podrían convertirse en "chocolate" debido a que "las hélices de esas enormes naves (barcos de mercancías, catamaranes y cruceros) remueven los fondos y fangos, de manera que las cristalinas aguas de Portmany se volverían marrones". También aludió al tráfico de automóviles que se generaría en el municipio, si llegaran ferris cargados de coches.