La forma más efectiva de unir a dos enemigos es ofrecerles un rival común y esto es lo que parecer estar ocurriendo en Barcelona, donde taxistas y conductores VTC (tipo Uber o Cabify) se manifestaron ayer para pedir el freno a la economía colaborativa.

Los conductores realizaron una manifestación en la Ciudad Condal que transcurrió desde el Arco del Triunfo hasta la plaza de Sant Jaume, donde está ubicado el Ayuntamiento, para presentar sus reinvindicaciones ante la alcaldesa, Ada Colau.

El aspecto más llamativo de esta protesta del colectivo de taxistas es que cuenta con el apoyo y la participación de numerosas empresas y asociaciones de alquiler de vehículo con conductor (VTC). El principal objetivo de los manifestantes es que el consistorio imponga el ratio de una licencia VTC por cada 30 permisos de taxi.

Esta petición está motivada por la amenaza de las 3.000 solicitudes de este tipo de permisos que se realizaron en Cataluña entre la modificación de la Ley de Ordenación de Transportes Terrestres en 2013 y la elaboración de su reglamento correspondiente, en 2015. Unas licencias que están pendientes de la decisión judicial.