Las aerolíneas de bajo coste lideran el crecimiento mundial del negocio de la aviación y, prueba de ello, es que cada vez más compañías tradicionales copian su modelo.

Tal y como publica un estudio de la compañía de servicios para aeropuertos, RDC, las 'low cost' han crecido en la última década un 7,1% anual, concretamente entre 2007 y 2016; mientras la aviación tradicional ha crecido en el mismo periodo un 3,5%.

A pesar de popularizarse al abrigo de la crisis económica, la realidad demuestra que no se trata de un fenómeno pasajero. De hecho, RDC destaca que el número total de asientos ofrecidos por las principales aerolíneas de bajo coste europeas llegó a “casi 400 millones en el 2017”, lo que supone “un auge del 11% respecto al 2016”, y representan unos “38 millones de asientos añadidos”. Por su parte, las grandes compañías tradicionales “gestionaron 395 millones de asientos intraeuropeos en 2017” aumentando “menos del 3% respecto al 2016”.

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En cuanto al ecosistema europeo, el estudio de RDC revela que de las 20 mayores aerolíneas en Europa, 8 de ellas son de bajo coste. En este sentido, Ryanair es la compañía que más pasajeros transportó dentro del continente el pasado año, trasladando a 129 millones de viajeros, un 10% más que en el 2016. Le sigue easyJet que trasladó a 81,6 millones de pasajeros, un 9,6% más que en el pasado ejercicio.

Para poder competir con ellas, las tradicionales han cambiado su estrategia de negocio y muestra de ello es que algunas han creado su propia versión low cost, entre ellas destaca Iberia Express (que pertenece a Iberia), Joon (que surge de Air France), Vueling (adquirida por IAG en 2012) o Eurowings (comprada por Lufthansa en 2005).

Pero si la lucha por el medio y corto radio entre firmas tradicionales y 'low cost' era dura, en el último lustro han competido también por el bajo coste de largo radio. De hecho, IAG ha creado Level para luchar con Norwegian en sus rutas transoceánicas. Y es que la low cost opera rutas de larga distancia desde Barcelona, Londres, Oslo, París y Roma y en 2017 movió a 2,6 millones de pasajeros, el 7,9% de sus viajeros totales.