El Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB) ha declarado improcedente el despido de una camarera de la discoteca Pachá Ibiza, cesada en julio de 2019 tras modificar un ticket para incluir una propina de 200 euros. La trabajadora, con 15 años de antigüedad y sin antecedentes disciplinarios, aseguró haber actuado siguiendo instrucciones del maître. La disputa laboral se ha prolongado más de cinco años hasta resolverse con la sentencia favorable a la empleada.

La dirección del local justificó el despido alegando una “falta muy grave” por presunta ocultación de ingresos, pero el tribunal desestimó este argumento al no apreciar perjuicio económico ni para el cliente ni para la empresa. Además, la sentencia subraya que el establecimiento no contaba con una normativa interna clara sobre el manejo de propinas, un factor determinante para los magistrados, que consideraron la medida disciplinaria “desproporcionada”.

El fallo destaca la ausencia de mala fe por parte de la trabajadora y califica el despido como precipitado, al no haberse valorado adecuadamente el contexto ni la actuación bajo órdenes superiores. La empresa deberá indemnizar a la empleada conforme al artículo 56 del Estatuto de los Trabajadores.

Desde un sindicato local advierten que este caso refleja una problemática extendida en Ibiza, donde la opacidad en la gestión de propinas suele derivar en conflictos laborales, según recoge Diario de Ibiza.

El caso ha reavivado el debate en el sector del ocio nocturno de la isla, donde las propinas, especialmente durante la temporada alta y entre clientes VIP, pueden superar los 70.000 euros anuales, según los datos de Cadena SER. Organizaciones sindicales y trabajadores insisten en la necesidad de establecer protocolos claros y transparentes sobre el reparto y control de estas gratificaciones para evitar situaciones similares en el futuro.