En años de bonanza turística y crisis inmobiliaria, el alquiler vacacional se ha convertido en una oportunidad de inversión tanto para empresas como particulares, en el centro del debate de la industria de viajes y en un elemento de discordia en la convivencia ciudadana de ciertas ciudades.

El principal problema que se presenta con esta modalidad de hospedaje son la alegalidad y la ilegalidad. Gerard Marcet, socio fundador de la empresa Laborde Marcet analiza la situación de la Ciudad Condal, una de las urbes donde se concentra el conflicto: “En Barcelona entre un 8% y 10% del mercado residencial se dedica al alquiler turístico lo que supone un total de 25.000 pisos, donde el 40%  de éstos no tienen licencia de actividad, con lo cual son ilegales”. Una situación que según Fernando Encinar, cofundador del portal inmobiliario Idealista, es culpa del Ayuntamiento que “quiere que sea así” por su política restrictiva de licencias.

Es más, Encimar incide en que “se está utilizando los apartamentos turísticos como arma política y en parte está incentivado por el lobby hotelero”.

Iván Rodríguez, consejero delegado de iKasa piensa que España tiene en el sector turístico uno de los motores fundamentales de la economía. “La vivienda turística es un fenómeno que surge para atender a esa demanda turística que se da principalmente en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona y algo también en la costa, por lo cual, yo no creo que el aumento de los precios del alquiler se deba a esa demanda turística ya que está localizada en determinadas zonas y tiene una incidencia muy baja. El turismo no sólo es el hotelero también es la vivienda turística que tiene que regularse pero no impedirse”.

En este sentido, Fernando Encinar piensa que el tema de los alojamientos turísticos es claramente un tema político. Antonio Carroza, Consejero delegado de Alquiler Seguro, también culpa a los hoteleros de esta mala fama indicando que “se está magnificando mucho la situación por parte del lobby hotelero y no creo que sea tan preocupante más allá del malestar de algunos vecinos”.