Las 21 aerolíneas españolas, aquellas adscritas al país en el régimen europeo de comercio de derechos de emisión de carbono, emitieron un 60% más de toneladas de CO2 el año pasado, en comparación con 2013. Esto son 5.047.825 de toneladas frente a los 3.138.309 de hace cinco años, según datos del Ministerio de Transición Ecológica.

Tal y como informa Diario de Ibiza, este incremento se ha producido en la tercera fase de la puesta en marcha del mercado europeo de carbono, entre 2013 y 2020, en el que precisamente se ha reducido la cantidad de Gas de Efecto Invernadero (GEI) que las líneas aéreas pueden emitir gratuitamente. Así, se insta a las aerolíneas a ser más ecológicas y, en todo caso, a que paguen las emisiones contaminantes que se excendan de lo estipulado.

De esta manera, las compañías aéreas que cierran el año con superávit de carbono pueden comerciar con él en el mercado, mientras que las que lo hacen con déficit deben adquirir el que han conseguido ahorrar las demás para seguir operando. 

Desde la empresa pública Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (Senasa) consideran que este "evidente crecimiento de emisiones en términos absolutos" se debe al "aumento del tráfico aéreo que se ha producido en los últimos años". Además, el aumento de la demanda ha rentabilizado de forma habitual el pago de la contaminación.

Esto, sin embargo, podría cambiar debido al encarecimiento de la emisión de una tonelada de CO2, que pasó de costar 5,5 euros de media entre 2013 y 2017, a 15,6 euros a principios de 2018. Habrá que esperar al balance del año 2019, para comprobar si este incremento ha afectado o no a la actividad de las aerolíneas. 

La contaminación en aeropuertos

El operador aeroportuario Aena manifestó que la huella de carbono de toda su red (46 aeropuertos y dos helipuertos) fue de 242.789 toneladas de CO2 en 2018, equiparable a toda la actividad industrial de una provincia como Zamora, según el Ministerio de Transición Ecológica. Los aeródromos asumen la contaminación derivada de la climatización, iluminación y servicios similares, no así de despegues o aterrizajes que corresponde a las aerolíneas. Para reforzar su compromiso con el medioambiente, la entidad ha incluido ocho de sus principales aeropuertos en el programa Airport Carbon Accreditation (ACA), con el objetivo de reducir su huella de carbono cada año.