El segundo país más visitado del mundo y el que más ingresos recibe por este concepto según la Organización Mundial del Turismo, con 77,5 millones de llegadas y con un gasto acumulado de 204,5 millones de dólares en 2015, podría enfrentarse a una crisis en el sector de viajes durante 2017.
La percepción exterior tras el nombramiento de Donald Trump como presidente podría reducir en 6,3 millones la llegada de turistas extranjeros entre 2016 y 2018, según el presidente de Tourism Economics, Adam Sacks.
La industria turística del país teme nuevas medidas por parte de Trump, tras el veto bloqueado por la justicia, que puedan perjudicar directamente a su actividad económica.
Uno de los puntos que más se vería afectado es Nueva York. La ciudad que nunca duerme estima una pérdida de 300.000 viajeros internacionales durante este año, con lo cual dejará de ingresar 569,3 millones de euros, según estimaciones de la agencia neoyorkina NYC & Company. Estas cifras contrastan aún más si se tiene en cuenta que durante este 2017, la urbe espera un incremento de 400.000 turistas extranjeros.