El Tribunal Supremo italiano ha multado al restaurante Campi Bizenzio, de Florencia, con 5.000 euros por maltratar a los crustáceos que vende.

Según la Justicia, los bogavantes y langostas que se conservan en hielo en los restaurantes sienten dolor, algo que empeora cuando se les atan las pinzas, por lo que los establecimientos que llevan a cabo estas prácticas infringen el articulo 727 del código penal italiano referente al maltrato animal.

El Supremo señala que “no puede ser considerado socialmente apreciado el tener a esta especie de animales a temperaturas tan rígidas que les provocan seguros sufrimientos, existiendo sistemas más costosos para conservarlos en manera más respetuosa”. Sin embargo, cocinarlos cuando están todavía vivos está aceptado porque es "una práctica social habitual". 

Por su parte, el propietario del restaurante ha apuntado que le llegan de América en cajas de hielo y con las pinzas atadas y que él se limita a conservarlos de la misma manera. Aún así, el tribunal sentencia que el recurso de apelación es inadmisible porque "en los últimos años diversas investigaciones han llevado a una parte de la comunidad científica a considerar que los crustáceos son seres sensibles capaces de probar dolor” y que hay otras maneras de conservarlos, por ejemplo, “acuarios a temperatura adecuada y oxigenados, utilizados no solo en los restaurantes más importantes, sino también en supermercados”.