Las imágenes se han hecho virales, un carrito de catering perdió el control en plena pista del aeropuerto de O’Hare en Chicago (Estados Unidos) ante la estupefacción de los pasajeros y los intentos desesperados de los operarios de pararlo sin resultar heridos.

Más célebre se ha hecho la intervención del instructor de rampa Jorge Manalang, que mostró que el ingenio y la resolución son las mejores armas en estas situaciones. Viendo que el carro giraba violentamente con peligro de impactar con el Embraer 140 de Envoy Air, el trabajador decidió subirse a un equipo de pushback, que estaba en el lugar, para interceptarlo.

Afortunadamente, consiguió volcar el vehículo descontrolado evitando que la aeronave o sus compañeros resultasen dañados. Según recoge Aviación Online, desde Envoy Air han querido felicitar la intervención de Manalang. El vicepresidente de la aerolínea para el Hub de Chicago, Ricky Deane, se mostró muy agradecido: “Estoy increíblemente orgulloso de las acciones de Jorge: no solo evitó daños graves en el avión, sino que, lo que es más importante, evitó lo que podrían haber sido lesiones graves para sus compañeros de rampa o para nuestros clientes a bordo”.

Deane incidió en que su empleado “demostró el enfoque de ‘seguridad primero” que se tiene en la compañía. Se está planeando realizar un reconocimiento especial para premiar los heroicos actos de Jorge. De hecho, ha recibido la felicitaciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y de los responsables del aeropuerto chicagüense.

Jorge, de 56 años y padre de dos niños, lleva en la empresa seis años y se encarga de instruir sobre el manejo del equipaje a los nuevos empleados que entran en servicio. Tras la repercusión mediática se ha mostrado humilde: “Estaba haciendo mi trabajo”.  

“Estaba en otra puerta y corrí a la puerta ocho. A pesar de una vieja lesión en mi pierna, corrí muy rápido….cuando vi que el carro giraba sin control, y estuvo girando durante casi un minuto, comencé a pensar cómo podría detenerlo y vi el pushback estacionado justo en el tren delantero del avión”, narra.