“El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, un dicho que se ha convertido en un tópico de tanto usarlo, pero que ni siquiera por repetición ha perdido su vigencia.

Un ejemplo de ello es el comportamiento cuestionable de algunos ciudadanos en Italia y en España, tras la implantación de medidas de aislamiento, con el fin de detener la propagación del coronavirus Covid-19 en ambas naciones europeas.

En el caso del país transalpino, en su momento, se saturaron las estaciones de esquí con individuos que creyeron que la cuarentena era una gran oportunidad para disfrutar de las vacaciones.

Estación de esquí Cervinia. Italia

Estación de esquí Cervinia. Italia

En el caso de España la situación se ha complicado en Madrid, una de las zonas catalogadas como de mayor riesgo. Muchos de los capitalinos aprovecharon la suspensión de la actividad económica y docente ordenada por el Gobierno para salir rumbo a sus pueblos de origen, hacia sus segundas residencias en la costa mediterránea o para matar el rato en bares y restaurantes, confundiendo lo que es un aislamiento por crisis sanitaria como unas vacaciones.

Este éxodo irresponsable ha llevado al Gobierno Central a decretar el Estado de Alarma, lo que le permite restringir la circulación. Asimismo, en Madrid y la Comunidad Valenciana los gobiernos regionales se han visto obligados a decretar el cierre de bares y locales de restauración con el fin de mantener a la población en sus hogares.

Pedro Sánchez decreta el estado de alarma

Pedro Sánchez anunciando el decreto del estado de alarma

Asimismo, también se ha hecho un llamamiento a los estudiantes, ya que muchos tras suspenderse las clases en lugar de confinarse en sus casas, viajaron para pasar tiempo con su familia y muchos de estos, interpretaron la situación, como el momento perfecto para disfrutar de celebraciones y fiestas. De hecho, en un bando del Ayuntamiento de Madrid se ha hecho mención expresa a esta actitud:

“Es un grave error y una importante irresponsabilidad tomar esta extrema medida como un periodo vacacional extraordinario que pueda aprovecharse para viajar, para organizar fiestas o para el ocio multitudinario”.

Es evidente que en algunos países, la cultura del civismo, la responsabilidad ciudadana y la solidaridad, únicamente aparece cuando está dictada a través de decretos y castigada con multas. Y es que esta huída de potenciales portadores del virus en todas las direcciones desde el centro de España, ha complicado mucho más, aún más, la difícil situación del sistema sanitario que se enfrenta a una oleada de contagios sin precedentes.

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Ante esta situación de irresponsabilidad ciudadana, serán las Fuerzas de Seguridad del Estado, las Policías y el propio Ejército los que se verán obligados a velar por el cumplimiento de esta estrategia cuyo objetivo no es otro que devolver la normalidad a nuestras vidas.