Pensar en Ramón Arroyo es pensar en risas, canciones, tonadas silbadas y el aroma de su perfume. No es que quiera hacer poesía, cualquiera que lo conozca, y son muchísimas personas dentro y fuera de RIU, le reconocerá en todo lo que digo. Pero lo que quizá no sepan todos ellos es que Ramón Arroyo es, además de uno de los empleados más antiguos de RIU, el único que ha reportado directamente a las tres generaciones de la familia Riu durante su trayectoria de 45 años en la empresa. El puesto de director de Servicios Técnicos suele estar siempre lejos de los focos, pero hoy quiero que brille con luz propia y por eso es el protagonista de este post.

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Luis Riu y Ramón Arroyo revisan la planificación del trabajo en el hotel Riu La Mola, en Formentera, en el año 2010

La familia Riu y Ramón Arroyo: una relación profesional que dura décadas

Ramón Arroyo y yo nos conocemos desde que yo era un niño. Cuando él entró en RIU yo trabajaba con Doña Luisa en el economato del Riu Caballero. Pero cuando de verdad empezó nuestra relación profesional fue en Canarias en 1984 cuando preparábamos juntos la apertura del Riu Palmeras, nuestro primer hotel fuera de Baleares. Entonces, Ramón ya llevaba 20 años en la empresa, la mayoría de los cuales había trabajado mano a mano con Juan Riu. “Don Juan era muy duro. Supongo que veía madera en aquel jovencito que yo era cuando empecé en RIU y quería que aprendiera y creciera en la empresa. Pero igual que se enfadaba, se le pasaba a los pocos minutos. Era todo corazón”, explica Ramón recordando a mi abuelo.

El abuelo de Luis Riu era muy duro, quería que aprendiera y creciera. Pero era todo corazón”, apunta Ramón Arroyo sobre Juan Riu

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Luis Riu y Ramón Arroyo en una imagen de hace 9 años en el hotel Riu La Mola, en Formentera

Ramón ha visto desde su posición de técnico toda la historia de RIU, además, desde la propia “tripa” de los hoteles. Desde que éramos una pequeña empresa familiar en Playa de Palma (Mallorca), hasta los grandes retos de la expansión internacional. Y sobre esta última, hay una cosa en la que coincidimos totalmente: el mayor reto que jamás hemos enfrentado nos lo puso el desarrollo en Punta Cana. No había carreteras, ni agua corriente, ni electricidad, ni teléfono… Allí aprendimos a superar todos esos obstáculos y carencias y cualquier proyecto posterior, cada uno con sus dificultades, lo hemos afrontado paso a paso. Nada ha sido ni será tan difícil como aquella primera experiencia en Punta Cana.

Lo que más valoro de Luis Riu es la cercanía y la confianza", Ramón Arroyo

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Luis Riu y Ramón Arroyo se entienden perfectamente después de décadas trabajando juntos

Y así, proyecto a proyecto, Ramón y yo hemos ido creciendo profesionalmente juntos. Nos entendemos con una mirada y mi confianza en él es absoluta. Su posición podría ser muy golosa para personas poco éticas, aquellos que se dejan tentar por una comisión a cambio de esta o aquella inversión. Pero yo sé que si Arroyo propone cualquier mejora, es porque es necesaria y buena para el hotel. Porque tanto él como su red de proveedores no han sido nunca sospechosos de una conducta así. Y esta confianza es impagable. “Nos conocemos muy bien. Con una mirada sé si es o no el momento de hablar de este o aquel asunto. Y lo que más valoro de Luis, y que ha sido común a todas las generaciones, es la claridad y la rapidez en la toma de decisiones, además de la cercanía, accesibilidad y confianza. Algo que, a pesar de lo que ha crecido RIU, no ha cambiado”.

Luis Riu y yo nos conocemos muy bien, con una mirada sé si es el momento de hablar de un asunto o no”, dice Ramón Arroyo

Luis Riu: “La labor de Ramón Arroyo es esencial para el negocio de RIU”

A día de hoy, Ramón Arroyo lidera un equipo de técnicos e ingenieros que son los responsables de las auditorías de los hoteles, además de ayudar en las obras de reforma y las aperturas. Su labor es esencial para el negocio. Entre sus responsabilidades, además de infinidad de pequeñas cosas, están que el hotel tenga agua corriente, que esta pueda ser caliente para las duchas y fría para el aire acondicionado, que haya electricidad y que funcione el sistema de saneamiento. Que falle una sola de estas cosas supone que un hotel no pueda operar. Así de crucial es su trabajo.

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Ramón Arroyo y Luis Riu, en la actualidad, en el recién inaugurado hotel Riu Playa Park, en Mallorca

Y después de tantos años, y teniendo ya cumplidos los 65, es inevitable hablar de su jubilación. Él dice que le gusta su trabajo. Con tanto viaje y tanto esfuerzo, no podría ser de otra manera, de hecho, alaba el carácter de su mujer. “He podido tener el trabajo que tengo gracias a mi mujer, a ver quién aguanta este ritmo de ausencias y viajes si no es alguien con el carácter necesario para tirar de la familia”. Y por eso mismo explica que aguantará unos añitos más, porque le gusta lo que hace. A no ser que su familia le necesite. Entonces, lo dejará todo porque será su turno de tirar del carro.

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Ramón Arroyo, empleado que lleva 45 años trabajando codo con codo con tres generaciones de la familia Riu

Afortunadamente, todavía no ha llegado el día de las despedidas, pero para estar preparados, cuenta con una muy buena cantera de técnicos muy alineados con la filosofía de trabajo en RIU. Pero lo que no me cabe duda es de que, cuando llegue el momento, echaremos de menos su risa, sus canciones y su alegría.

 

 

*Este artículo fue publicado originalmente en el blog de Luis Riu, CEO de RIU Hotels & Resorts, y se reproduce con su consentimiento.