Boeing ha dado marcha atrás en su afán por hacerse con Embraer. El fabricante estadounidense anunció el pasado viernes, 24 de abril, que no seguiría adelante con la fusión porque su homólogo brasileño no había cumplido con los requisitos estipulados

Tal y como ha indicado la compañía norteamericana en un comunicado, ambas empresas fijaron el 24 de abril como fecha límite para finalizar el acuerdo, siempre y cuando las dos partes cumplieran con una serie de condiciones. En este punto, Boeing alegó que Embraer no había completado los requisitos y que por ello rescindiría el acuerdo.

Cabe destacar que la operación ya había recibido el visto bueno de los organismos internacionales -entre los que figura la Comisión Anti Monopolio de los EE.UU. y el Tribunal Supremo de Brasil-, a excepción de la Unión Europea, de la que ambas compañías esperaban ciertas trabas.

La operación

El acuerdo de fusión estaba formado por dos transacciones. La primera, implica la creación de una empresa conjunta, al hacerse Boeing con el 80% del negocio de aviación comercial de Embraer por 4.200 millones. El fabricante brasileño ostentaría el 20% restante de esta tercera compañía, valorada en 5.260 millones. 

KC 390

KC 390

La segunda, suponía la creación de una empresa de riesgo compartido, que se encargaría de la producción de aviones de transporte militar KC-390, participada en un 49% por el fabricante estadounidense y en un 51% por el brasileño.

La decisión de Boeing solo afecta a la primera de estas transacciones, por lo que la producción de aviones KC-390 sigue adelante. 

La respuesta de Embraer

Desde el fabricante brasileño enfatizaron: "Embraer cree que cumple totalmente con sus obligaciones bajo el acuerdo y que ha cumplido todas las condiciones requeridas para el 24 de abril de 2020. Embraer buscará todas las acciones posibles contra Boeing por los daños y gastos incurridos por Embraer como resultado de la terminación ilícita de Boeing y la violación del acuerdo inicial". 

Asimismo, consideraron que "Boeing ha rescindido de forma infundada el acuerdo" y que "ha creado reclamaciones falsas como pretexto para tratar de evitar sus compromisos de cerrar la transacción y pagar a Embraer el precio de compra de 4.200 millones de dólares". Desde la compañía, creen que esto se debe por la situación financiera del gigante aeroespacial, por la crisis del B737 MAX y "otros problemas comerciales y de reputación".