El Gobierno británico, encabezado por Boris Johnson, ha anunciado la eliminación de todos los corredores seguros de viaje en un intento por contener las nuevas variantes de coronavirus que se han descubierto en diferentes partes del mundo.

Desde el 18 de enero a las 4 a.m., todas las personas que entren en Reino Unido procedentes de cualquier país, además de viajar con un test negativo, tendrán que guardar una cuarentena de 10 días. La posibilidad de acortar el aislamiento a 5 días sigue siendo posible con la realización de un test diagnóstico al quinto día.
 


Toman esta decisión tras la aparición de la nueva cepa en Brasil; de hecho, Reino Unido ya había prohibido los vuelos procedentes de Sudamérica y Portugal por motivos similares.

Reacciones en la industria

Desde la asociación turística UKinbound se muestran comprensivos con la medida, aunque su director ejecutivo, Joss Croft, solicita al Gobierno ayudas urgentes y personalizadas para la industria del turismo receptor. “No puede seguir excluyendo al sector de los canales de apoyo, dado que ayudará a la recuperación económica del Reino Unido cuando se permita volver a viajar”, ha señalado Croft.
 


Para Joanne Dooey, directora ejecutiva de la Asociación de Agentes de Pasajeros de Escocia (SPAA), es importante proteger la salud de todos, sin embargo “se hace necesario que los gobiernos del Reino Unido y Escocia trabajen con nuestra industria para desarrollar una estrategia sólida para iniciar la recuperación”.