El sargazo siempre ha arribado a las costas del Caribe, sin embargo, con el paso de los años ha aumentado exponencialmente la cantidad de esta alga cuyo nombre científico es Sargassum lo que, antes de la llegada de la pandemia de Covid-19, ya estaba teniendo un serio impacto en el turismo de pesos pesados como México o República Dominicana.

Andrés Bisonó León, y CEO y cofundador de SOS Carbón, sostiene que “a raíz del cambio climático y de acciones irresponsables de los humanos viene creciendo de forma desproporcionada”.  Recalca que si anteriormente la temporada de sargazo se concentraba en los meses cálidos  (el período comprendido entre marzo y octubre), se ha ido convirtiendo en un fenómeno más continuo durante todo el año. “Se estima que este año será uno de los peores —advierte—. Por imágenes satelitales se estima que en alta mar hay 11 millones de toneladas de sargazo que podría llegar a los diferentes países y costas del Caribe”.

Este ingeniero mecánico explicó en el programa ‘Hablemos de Turismo’, presentado por Miguel Calzada León, presidente de Caribbean Traveling Network (CTN), que en el caso de República Dominicana, la región más afectada por este problema es el Este, que es la principal zona turística del país y donde se concentra la mayor cantidad de hoteles.

 

Miguel Ángel Calzada

Miguel Calzada León
 

‘El sargazo: realidad y soluciones’

Bisonó ha hecho un llamamiento urgente a unir esfuerzos y tomar medidas antes de que la situación vaya a más, y es que advierte que si “no hay playas limpias, cristalinas e impecables, no hay turismo”. Más allá de entorpecer la actividad turística, esas invasiones afectan al ecosistema marino de la zona y a la salud humana debido a los gases tóxicos que emite el alga en descomposición.

Asimismo, pone las tecnologías desarrolladas por su empresa, con el apoyo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) a disposición de autoridades y empresas del sector turístico no solo para resolver el problema, sino crear cadena de valor. Ha detallado que la solución en la que se están enfocando en un dispositivo de aluminio que se monta en las embarcaciones artesanales sin ningún tipo de modificación. En cada costado se fijan unas mallas para recolectar el sargazo. Estas, una vez llenas se dejan flotando —y son recogidas por otra embarcación—y son reemplazadas.

Este sistema permite “la recolección constante con máxima eficiencia” y “da empleo directo a pescadores usando embarcaciones existentes”.
 

¿Cómo se puede utilizar el sargazo recogido?

El CEO de SOS Carbón explica que el sistema de recogida en el agua, antes de que el alga llegue a la costa, es también la mejor solución de cara a la utilización del sargazo para dar lugar a otros derivados. “El sargazo no puede ser usado como materia prima cuando llega a la costa y se mezcla con la arena o se descompone. Pero si se recolecta en el mar con estos sistemas se le puede dar uso como materia prima. Puede ser un método para luego apoyar al sector turístico a contrarrestar los costes que tendrán que pagar para que este sistema esté dando un servicio eficiente”, ha apuntado.

Entre los diferentes usos que se le han dado a esta alga destacan el de fertilizante orgánico, para farmacéutica e incluso para biomasa. En este sentido, Miguel Calzada recordó que hay hoteles en México que generan un líquido para regar campos de golf y que hay artesanos que usan el sargazo para construir casas.

 

Screenshot de video publicado por CTN Dominicano

Trabajador recogiendo sargazo en una playa de Punta Cana | Screenshot de video publicado por CTN Dominicano

“Los muros no son la solución”

Si bien por el momento las instituciones han apostado por construir barreras para detener el avance del sargazo, Bisonó defiende que “los muros no son la solución, sino un método complementario a la recolección”. “No deberían ser nuestro enfoque ni nuestra prioridad. El oleaje hace que el sargazo salte el muro. Por muy bueno que sea el muro hay que tener en cuenta que el sargazo se pudre y se hunde y pasa por debajo y termina llegando a la playa”, recalca.

Advierte, además, que las barreras sin un método de recolección podrían incluso provocar otros daños: “Impiden que se renueve el agua y retiene la que ya está contaminada por el sargazo descompuesto”.