La Administración de Aviación Civil de China (CAAC) ha iniciado el proceso de investigación para conocer las causas por las que el Boeing 737-800 de China Eastern Airlines se estrelló ayer con 132 personas a bordo —de los que no se han hallado supervivientes—.

Los técnicos de esta entidad trabajan en la zona para la localización de las cajas negras, según informan los medios locales. Estos dispositivos ayudarán a comprender qué sucedió después de que la aeronave perdió el contacto con el control aéreo y cayó bruscamente desde una altitud de 8.000 metros hasta solo 1.000 en menos de 3 minutos.

Tal y como establece la normativa, el proceso de investigación estará a cargo de la CAAC, que recibirá el apoyo tanto de Boeing (fabricante de la aeronave) y CFM (fabricante de los motores); así como de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) y la Administración Federal de Aviación Civil (FAA) de Estados Unidos, estas dos últimas entidades participan, puesto que el avión está diseñado en el país estadounidense. Boeing ya ha confirmado en un comunicado que está en contacto con las autoridades y que sus expertos técnicos están preparados para “dar apoyo en la investigación”.
 


Pese a que se puedan ir filtrando detalles, se espera que la recopilación de pruebas y el análisis de las mismas se demoren en el tiempo. Por ejemplo, el informe final del último accidente de un avión comercial que se cobró víctimas en China —el de Henan Airlines en 2010, en el que murieron 44 de las 96 personas a bordo—no estuvo listo hasta dos años después.
 


 

Fin a una década sin accidentes


Mientras se indaga sobre el incidente, el presidente chino Xi Jimping ha hecho un llamamiento a incrementar las medidas de seguridad y revisar los procesos de control y mantenimiento de las aeronaves que operan en el país. Por el momento no se ha emitido ningún tipo de orden gubernamental que obligue a dejar en tierra a los aviones Boeing 737-800, aunque durante la jornada de ayer China Eastern decidió dejar de utilizar temporalmente su más de centenar de aeronaves de este modelo.

Y es que este es el primer accidente mortal de la aviación comercial china en la última década. Asimismo, en lo que se refiere al número de víctimas, sería el peor de los últimos 25 años. Para encontrar un índice de siniestralidad superior hay que remontarse a 1994, cuando un Tupolev 154 que cubría la ruta de Xian a Cantón se estrelló, cobrándose la vida de los 160 ocupantes. Desde entonces, los protocolos de seguridad aérea de China se volvieron más estrictos.