Por el momento, viajar a la luna con fines turísticos no es posible, pero casi. Con motivo del 50 aniversario de la llegada del hombre a la luna, que tuvo lugar el 20 de julio de 1969, la agencia de viajes Rumbo.es ha propuesto diferentes enclaves, cuyos paisajes recuerdan al satélite, para realizar un acercamiento a lo que podría ser el turismo espacial.

Uno de ellos es la isla canaria de Fuerteventura, debido a sus montañas y volcanes, que ofrecen un contraste paisajístico y conforman un "juego de zonas altas y claras (terrae) y bajas oscuras (maria) que hay en la luna". En concreto, se destaca las Peñitas, el arco de Las Peñitas y la Cumbre de Tindaya. 

Fuerte

Fuerteventura

Otro es Capadocia (Anatolia Central, Turquía), donde quedan representadas las tierras altas de la luna, en las denominadas "chimeneas de hadas" de este enclave, que se caracterizan por la suavidad de las rocas, resultado de siglos de erupciones volcánicas, viento y lluvia.  

Capadocia

Capadocia (Anatolia Central, Turquía)

Las islas portuguesas de Azores, por su parte, podrían representar los enormes agujeros lunares descubiertos hasta el momento. Mientras, del Salar de Uyuni, en el sur de Bolivia, podría decirse que es la mejor versión terrenal del Mar de la Tranquilidad, un extenso mar lunar donde descendió el Apolo 11 el 20 de julio de 1969. 

Salar de Uyuni

Salar de Uyuni

Si la luna destaca por algo, es por su color pálido, el mismo que tiñe el Desierto Blanco de Egipto, cuyo aspecto rocoso blanquecino evoca al paisaje lunar. Otro de los enclaves que recuerdan al satélite de la Tierra es el Valle de la Luna, en el desierto de Atacama de Chile, ya que cuenta con tierras altas, planicies llenas de rocas, agujeros y explanadas rocosas. 

Valle de la luna

Valle de la Luna, en el desierto de Atacama de Chile