La ciudad de San Francisco, en California (EE.UU.) se opone a que la cadena hotelera de Donald Trump establezca en ella su nuevo hotel.

De hecho, desde la urbe han calificado las intenciones de Eric Danzinger, presidente de Trump Hotels, de expandirse en Dallas, Seattle, Denver y  San Francisco un “chiste”. El Supervisor Mark Farrell, legislador local, ya ha mostrado su oposición: "¿El mismo día en que Donald Trump está en todos los medios nacionales hablando de penalizar y quitarle dinero a ciudades como San Francisco, -de hecho, subrayando lo de San Francisco-, es el mismo día en que su compañía sale diciendo que quieren construir un hotel aquí? Buena suerte".

El principal motivo para que haya sido tomado como ofensa es que San Francisco y las otras tres ciudades son conocidas como “ciudades santuario”, es decir, una de las que se ha negado a aplicar la ley de inmigración y, por tanto, una de las que ha recibido las amenazas de Donald Trump. 

No es tan sólo por este motivo, Trump querría implantar parte de su industria en la capital de ‘Sillicon Valley’, el hogar de una industria que ya ha mostrado públicamente su oposición a las políticas migratorias del presidente. A ello cabe sumar también la enemistad del colectivo LGTB, de gran importancia en la ciudad.

En Estados Unidos actualmente son santuarios San Diego, Los Angeles, San Francisco, Miami, Chicago, Seattle, Houston, Phoenix, Austin, Dallas, Washington D.C., Detroit, Salt Lake City, Minneapolis, Baltimore, Portland (ambas Maine y Oregon), Denver, New York City, Chicago y todo el estado de New Jersey.