Las remotas Islas Cocos, ubicadas a más de 2.000 kilómetros de Australia, se han convertido en uno de los vertederos de la basura que flota en el mar, un fenómeno que podría repetirse en otras costas del globo.

En este sentido, eldiario.es se ha hecho eco de un estudio publicado por la revista Scientific Reports, que indica que los cerca de 0,6 kilómetros cuadrados de las playas de este archipiélago están cubiertos por más de 400 millones de residuos, entre los que se encuentran plásticos, metal y vidrio, con un peso de 238 toneladas.

La investigación se centró en 25 arenales de las siete islas principales de este archipiélago (conformado por 27 ínsulas), que representan el 88% de este territorio, 500 veces más pequeño que el canario. En estas islas existen pocas fuentes de contaminación, debido a que en ellas habitan algo más de 100 personas. Por ello, estos archipiélagos remotos “pueden actuar como monitores de la contaminación marina, proporcionando una visión única de las tendencias de acumulación de escombros”, según indican los autores del estudio.

El 25% de la basura detectada correspondía a artículos de gran tamaño, como zapatos, envases, botellas, pajitas o bolsas, siendo estos últimos productos de plástico de un solo uso. Mientras, el 60% de los residuos eran piezas pequeñas, generalmente fragmentos de artículos de mayores dimensiones. De los 400 millones de residuos detectados, 340 están enterrados entre 1 y 10 centímetros bajo la arena, lo que supone un “reto considerable para la vida silvestre y los voluntarios encargados de la tarea de limpieza”.

Cabe destacar, que el 95% de los productos encontrados son plásticos, por lo que los investigadores han instado a impulsar medidas que eviten que los plásticos vayan a parar al mar. De no hacerlo, “los desechos se acumularán rápidamente en las playas de todo el mundo”. Y es que, según manifiestan, la cantidad de desechos en los océanos se multiplicará por 10 en 2025.

Lo cierto es que los plásticos están presentes en todos los niveles de la red alimentaria marina, desde playas como las de Islas Cocos, hasta las fosas oceánicas más profundas. De acuerdo con este escenario, el Parlamento Europeo prohibió el pasado octubre la venta e importación de artículos de plástico de un solo uso, con el fin de que desaparezcan del mercado en 2021 y sean sustituidos por otros biodegradables.