Más de 90.000 suecos residen actualmente en España y esta cifra no deja de crecer. Pese a que podría parecer que el único motivo para trasladarse es el clima, la economía también es un punto a considerar. En 2016, 3.600 inmuebles fueron adquiridos por ciudadanos suecos.

Muchos jubilados se ven atraídos por el estilo de vida mediterráneo y por los menores costes de España a diferencia con los de su país. Sin embargo, un nuevo país ha emergido en la lucha por atraer a este tipo de residentes: Portugal. Durante los últimos años, el país ibérico ha centrado sus esfuerzos por hacerse con estos visitantes. 

Su normativa de residentes no habituales que permite cobrar un sueldo o una pensión sin ser sometido a ninguna retención fiscal durante diez años en el caso de que se viva en el país 183 días al año o se tenga una vivienda con intención de que sea residencia habitual. Esta normativa que fue impulsada por el antiguo presidente Passos Coelho, ha triplicado el número de suecos que se ha trasladado al país luso.

Además de suponer una dificultad para España, esta medida tampoco es bien recibida por Suecia, donde critican que la gente no se muda atraída por los encantos del país portugués, sino por “no pagar impuestos”.