Las populares fiestas en las discotecas y los conocidos “party boats” (discotecas flotantes) en la isla de Ibiza han dejado de ser un fenómeno exclusivo de la ciudad para trasladarse a la zona del campo.

Muchos veraneantes que buscan la tranquilidad en este entorno paradisíaco se quejan de que Ibiza no es lo que era antes. Las fiestas clandestinas en casas ubicadas en las zonas rurales son cada vez más comunes y provocan numerosas protestas, tanto de los que quieren comprar, como en aquellos que buscan alquileres lejos del bullicio de los núcleos urbanos.

La representante de Apibiza (asociación que agrupa a 17 empresas inmobiliarias de la isla ibicenca), Mila González, mostró recientemente su preocupación por estas celebraciones en residencias fuera de la ciudad.

González destacó que “las personas que quieren comprar o alquilar en el campo buscan tranquilidad y las fiestas ilegales en las villas no permiten el descanso. Es un problema que ya nos afecta a todos”, recalcó. Se refirió además al incremento de los problemas derivados del intrusismo, asunto que empaña el trabajo de los agentes inmobiliarios en la isla.

Actualmente, Ibiza atraviesa un momento de alza del número de turistas que la eligen como destino, tanto por los atractivos que ofrece, así como por el aumento de la demanda de los mercados más cercanos a España.